domingo, 3 de marzo de 2013

Los especialistas españoles se ganan el respeto en artroscopia de cadera

Luis Carro, Ángel Villamor, Dean Matsuda y Paolo Rego,
en el V Simposio Internacional de Traumatología y Cirugía Ortopédica,
celebrado en Santander. | Roberto Ruiz (Diario Médico)
Queridos usuarios.

Ha sido una semana bastante dura, pero no quería dejar que pasara sin hablaros de un encuentro de especialistas en el que tuve el privilegio de participar como asistente y como ponente sobre un tema que me apasiona; que es el de la artroscopia de cadera.

Seguramente a muchos de vosotros os parecerá que nos repetimos, pero vuelvo una y otra vez sobre esta cuestión porque se trata de una forma revolucionaria de abordar numerosos problemas de esta articulación y, lo que es más importante, cada día descubrimos aplicaciones nuevas, nos afianzamos en las técnicas que empleamos y cada vez somos más los especialistas que la utilizamos y perfeccionamos.

Recuerdo cuando los congresos sobre artroscopia de cadera no eran tales, sino que se trataba más bien de pequeñas reuniones en las que unos pocos expertos enseñaban a los que estábamos allí ávidos de aprender. Nada que ver con los grandes congresos a los que acudimos actualmente; en concreto con el V Simposio Internacional de Traumatología y Cirugía Ortopédica celebrado el fn de semana pasada en Santander. 

Bajo la batuta del doctor Luis Pérez Carro, un nutrido grupo de especialistas expusimos nuestros datos, explicamos nuestros métodos y compartimos las experiencias y dificultades que nos hemos ido encontrando a lo largo de la práctica clínica diaria. Todo para seguir mejorando. Un curso de reconocimiento internacional al que cada vez acuden más oyentes extranjeros y al que ponentes también fuera de España consideran un orgullo acudir.

Concretamente, en el de este año me ha llamado la atención el respeto con el que en los debates se solicita y considera la opinión y enseñanzas de nuestros profesores. Tuvimos el honor de contar con la presencia de dos totems mundiales de la artroscopia de cadera con los que, además, he tenido la suerte de aprender muy de cerca.

Uno es el doctor Dean Matsuda, cirujano ortopédico con casi 30 años de experiencia a sus espaldas; el otro es Marc J. Philippon, una eminencia con la que muchos hemos tenido la suerte de formarnos en esta disciplina. Matsuda, un especialista con el que me une una relación muy cordial, además puede contar la experiencia desde lo que él llama "ambos lados del escalpelo".

Por ello hizo hincapié en que cada vez entendemos mejor la anatomía artroscópica y tenemos más claras cuáles son las complicaciones potenciales, de manera que los avances en este campo se han desarrollado de manera espectacular. Por su parte, Philippon se maravilló del nivel de los especialistas españoles y nos dejó varias charlas extraordinariamente útiles de las que seguramente vamos a sacar mucho provecho en España.

Para ir acabando, únicamente me gustaría dejaros una reflexión. Entiendo, tanto por los pacientes que vemos en consulta como por las cuestiones que nos llegan a través de otros canales como este blog o las redes sociales, de que pasar por quirófano nunca es un trago agradable. Es más, en iQtra siempre seguimos la máxima de aplicar los tratamientos más conservadores para mejorar las patologías antes de plantearnos una intervención quirúrgica. Sin embargo, en el caso de la artroscopia de cadera, hay algunos matices que compensan con creces el hecho de someterse a una operación.

Ventajas de la Cirugía Mínimamente Invasiva

Por un lado, se trata de una técnica mínimamente invasiva. Requiere unas pequeñas incisiones por las que introducimos el instrumental, de manera que reducimos el sangrado, la tasa de infecciones, el dolor posoperatorio, la inflamación y las complicaciones derivadas de manipular, apartar y volver a recolocar todas las fibras musculares con las que nos encontramos hasta llegar a la cadera. La recuperación es asombrosamente rápida. Tal y como explicó el doctor Pérez Carro, nuestro anfitrión, "el paciente camina rápidamente con muletas y éstas dejan de ser necesarias en un par de semanas. Cuanto más pequeño es el campo quirúrgico, menor es el trauma que experimenta el organismo".

Pero las ventajas no acaba ahí. Las cifras disponibles en estos años de experiencia revelan que la artroscopia de cadera obtiene una tasa de éxito del 95% cuando se selecciona adecuadamente al paciente y se le interviene tras un diagnóstico precoz. Esto hace en muchos casos que el proceso degenerativo de la articulación se frene (incluso se detenga) y se calcula que podría evitar hasta un 70% de las prótesis de cadera de las que ponemos en pacientes jóvenes; una intervención mucho más cruenta, complicada y, tal y como recuerda nuestro colega Paulo Rego, del Hospital General de Lisboa, mucho más cara.

En definitiva, creo que se trata de una alternativa valorable mucho antes que otras cirugías, dada la cantidad de ventajas y beneficios que conlleva, además de los costes, dolores y perjuicios de la calidad de vida que se ahorra el paciente que espera a ponerse una prótesis pasados muchos años.

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