martes, 22 de febrero de 2011

Artroscopia: aprender de los grandes

La semana pasada estuve, como todo los años, en el congreso anual de la Academia Americana de Cirujanos Ortopedistas (AAOS, sus siglas en inglés), en Estados Unidos. En esta reunión científica se dan cita los especialistas de mayor reconocimiento mundial para presentar sus últimos trabajos de investigación y debatir sobre las técnicas quirúrgicas de vanguardia.

Esta vez el congreso ha tenido lugar en San Diego y yo tenía un especial empeño en que el Doctor Dean Matsuda, uno de los cirujanos más prestigiosos en mi área, me acogiera como pupilo eventual en su hospital de Los Ángeles

En realidad, mi 'persecución' había comenzado en octubre. Entonces, aprovechando la reunión anual de la Sociedad Internacional de Artroscopia de Cadera que tuvo lugar en México le 'asalté' para insistirle en el tema y plantear la posibilidad de ser su alumno en esta ocasión, dada la cercanía del congreso a la ciudad en la que él ejerce.

La mayoría de los cirujanos estamos muy ocupados. También hay algunos a los que no les gusta compartir sus conocimientos y mucho menos admitir en su quirófano a un colega 'mirón' y 'preguntón' . Así que después de un intercambio interminable de correos electrónicos enviados y coordinados por Gabriela Quintana, mi asistente más directa, acabé aterrizando en Los Ángeles.

Lo primero que hizo el Doctor Matsuda fue darme "recuerdos para Gabi", debido al acoso y derribo al que le había sometido en mi nombre y allí mismo empecé a darme cuenta de su carisma y de su brillantez.

La sencillez de un grande

Este artroscopista brillante se caracteriza por la sencillez de sus movimientos al operar. Siempre que le he visto intervenir en reuniones y congresos de especialistas he quedado maravillado por ello. Demuestra la destreza y la habilidad del cirujano que llevase haciendo esta clase de operación desde sus años de residente.

En estos días de aprendizaje hemos compartido inquietudes y conocimientos. En nuestras conversaciones, Matsuda me ha confesado su excitación por la posibilidad de disfrutar del nacimiento de una técnica que se desarrolla y perfecciona por momentos, apoyada en la experiencia de los que hemos realizado muchas artroscopias; tantas que incluso hemos colaborado en el diseño y desarrollo de nuevos materiales e instrumental adecuado.

Para mi ha sido muy alentador ver que en iQtra estamos muy próximos a cirujanos de la talla de Matsuda, al menos en lo que a inquietudes se refiere. No obstante, lo verdaderamente valioso de esta experiencia ha sido la satisfacción que me produce haber sido tratado con tanta amabilidad por un genio que demostró espíritu suficiente para aprender incluso nuestras técnicas.

Recuperar el altruismo de la docencia

Siempre me he sentido atraído por el romanticismo y el altruismo que implica la docencia que practicaban los galenos de antaño; los que llamábamos maestros. En medio de esta vorágine y este ritmo acelerado y competitivo que hemos asumido como normal, quizá corremos el riesgo de caer en la irreflexión y de perder ese altruismo y romanticismo del que os hablo.

En estos meses, en iQtra hemos acogido a un médico australiano que ha venido a aprender de nosotros, así que espero corresponder con lo que he aprendido en Los Ángeles en lo que se refiere a lo puramente técnico, pero también a la obligación docente. Deseo que nuestro compañero vuelva a Australia hablando tan bien de iQtra como yo lo haré de Dean Matsuda.

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