Jorge Lorenzo se sube a su Yamaha. / CATRINUS VAN DER VEEN (EFE) |
Incluso he leído algunos comentarios de aficionados que desaprobaban el hecho de que la escudería y la organización del Gran Premio de Holanda de MotoGP autorizase la participación del piloto español en Assen tachando la decisión de irresponsable, temeraria y muy arriesgada, algo que que me resulta muy familiar, ya que lo he escuchado en varias ocasiones a raíz de casos propios y a la vez bastante paradójico cuando hablamos de deportistas que asumen un riesgo tremendo cada vez que se enfundan el mono y se suben a una moto que pesa alrededor de 160 kilos para alcanzar velocidades que a veces sobrepasan los 300 km por hora.