Jorge Lorenzo se sube a su Yamaha. / CATRINUS VAN DER VEEN (EFE) |
Incluso he leído algunos comentarios de aficionados que desaprobaban el hecho de que la escudería y la organización del Gran Premio de Holanda de MotoGP autorizase la participación del piloto español en Assen tachando la decisión de irresponsable, temeraria y muy arriesgada, algo que que me resulta muy familiar, ya que lo he escuchado en varias ocasiones a raíz de casos propios y a la vez bastante paradójico cuando hablamos de deportistas que asumen un riesgo tremendo cada vez que se enfundan el mono y se suben a una moto que pesa alrededor de 160 kilos para alcanzar velocidades que a veces sobrepasan los 300 km por hora.
A todos los redactores que me han llamado les he comentado prácticamente lo mismo: la decisión de Lorenzo de correr en Assen no es descabellada en absoluto. En primer lugar, hay que tener en cuenta que los deportistas de alta competición, en este caso concreto los pilotos de motociclismo, se juegan la temporada o incluso su vida profesional en pruebas muy puntuales; una vida profesional que ya de por sí es bastante más corta que la de otras ocupaciones digamos convencionales.
De esta forma, para muchos resulta catastrófico afrontar una recuperación que les puede tener en el dique seco durante varias semanas, ya que eso puede suponer la pérdida de un patrocinador fundamental para la temporada siguiente o quedarse fuera de una clasificación importante.
Debido a esta gran exigencia y a los condicionantes que he mencionado, los especialistas que tratamos a deportistas de élite nos hemos visto espoleados en lo referente a desarrollar técnicas quirúrgicas y recuperadoras cada vez más precoces y revolucionarias para procurar una vuelta temprana a la competición.
Valoración del riesgo y decisión personal
¿Que si hay riesgo? Evidentemente sí. Tanto los médicos que han tratado a Lorenzo como los que formamos parte de iQtra cuando nos encontramos con casos de este tipo, explicamos con todo lujo de detalles (tanto al deportista como a su entorno) las características de la lesión, los pormenores de la intervención, las particularidades de la recuperación y, sobre todo y fundamental, los riesgos que comporta la reincorporación temprana; en el caso de los pilotos, una caída que dé al traste con toda la reconstrucción que se ha llevado a cabo en el quirófano.
Finalmente, es el deportista el que toma la decisión sopesando todos los datos que le ofrecemos. Es lo que hemos venido haciendo a lo largo de los años con Fonsi Nieto, Alex Crivillé, Julián Simón, Aleix Espargaró, Álvaro Bautista... y otros deportistas que nada tienen que ver con el mundo de las motos, como toreros, esquiadores, futbolistas y tantos otros. Todos han sido responsables de sus decisiones y han valorado positivamente los tratamientos que hemos puesto a su disposición.
Lorenzo estaba al tanto de estos riesgos y de lo que hubiera supuesto una caída y por eso, bajo la atenta mirada de facultativos, preparadores y organización, se probó antes de correr y llevó a cabo una serie de ejercicios para comprobar que podía hacerse con la moto durante la carrera.
Hay que tener en cuenta que la máquina es muy pesada, los pilotos no son corpulentos y que la clavícula sufre mucha tensión en las frenadas y acelerones. De esta manera, aunque el problema mecánico deja de existir una vez que se ha realizado la síntesis del hueso en el quirófano, puede haber dolor y cierta debilidad derivada de la desinserción del músculo pectoral que hay que hacer a la hora de reconstruir la clavícula.
Esta reconstrucción cada vez reviste menos problemas para los cirujanos, ya que actualmente disponemos de tornillería específica y microplacas de titanio que no sólo son extraordinariamente pequeñas y ligeras, sino que además han sido desarrolladas imitando la curvatura de la clávícula natural, lo que repercute en una reconstrucción óptima de los huesos fracturados.
Esto unido a los avances en fisioterapia y recuperación, así como a la utilización de factores de crecimiento y férulas removibles con velcro ha hecho que el clásico vendaje en ocho permanente se vaya empleando cada vez menos.
Beneficios para todos
Y esta reflexión me lleva directamente a una de las ventajas fundamentales que se derivan de aplicar tratamientos vanguardistas en los deportistas de alta competición: ellos sirven como conejillos de indias para aprender y posteriormente aplicar estas terapias a la población de a pie.
No es la primera vez que defiendo (algo que he querido siempre transmitir a todos los que formamos parte de iQtra) el hecho de que no sólo los deportistas de élite requieren recuperaciones precoces. Existen numerosos condicionantes personales, profesionales y económicos que deberían hacer que al menos nos planteemos la posibilidad de huir de convalecencias que se prolongan durante meses.
En ese plazo muchas personas mayores pueden perder un tiempo precioso de pasear, disfrutar del ocio y de vivir activamente, otros pueden perder su trabajo y quedar incapacitados total o parcialmente, algunos tienen que renunciar a actividades y deportes de los que antes eran apasionados... y todo ello tiene, además de un coste personal y emocional, un elevado coste socioeconómico que muy pocas veces se evalúa.
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