viernes, 10 de junio de 2011

Julián Simón; una lesión que es todo un reto

Hola a todos.
Imagino que ya estáis al tanto del ajetreo que hemos tenido estos días. El pasado domingo nuestro equipo recibió el aviso urgente de que Julián Simón, el piloto toledano del Mapfre Team Aspar había sufrido un terrible accidente en la carrera de Moto2 del Gran Premio de Cataluña al recibir un toque por parte del turco Kenan Sofouglu.

Julito me llamó desde la ambulancia que le trasladaba del circuito de Montmeló al hospital donde le hacían la primera asistencia pidiéndome que organizásemos todo para su recepción en Madrid el mismo día.


Después de ser evacuado rápidamente del circuito para darle las primeras atenciones y pasar por un hospital local para realizar radiografías, Julián fue trasladado en un avión medicalizado (¿recordáis una entrada reciente en la que hablábamos precisamente de eso?) hasta las dependencias del Hospital USP San José, donde mis compañeros Rafael Durá, cirujano traumatológico y colega también en iQtra desde hace ya quince años y Mayte Ocaña, nuestra directora asistencial le recibieron para hacer una primera valoración de la lesión.

Decidimos dejar la cirugía para el lunes con la intención de aplicarle medicación antiinflamatoria potente que pudiera reducir el volumen tan importante que mostraba la pierna entera como consecuencia de la hinchazón. Además, en las radiografías se veían tantos fragmentos óseos que optamos por hacer un escáner con reconstrucción tridimensional sobre el que poder planificar con mucha más facilidad y, sobre todo, seguridad la reconstrucción.

Planificar antes de operar

Atendiendo al tamaño y orientación de los fragmentos de hueso decidimos cuáles admiten perforaciones para atornillar placas de reconstrucción, cuáles son aptos para tornillos sin más y cuáles habrán de sujetarse por compresión entre los anteriores por ser demasiado pequeños o por no poderse atornillar a otro fragmento estable enfrentado.

Tras someter al piloto al TAC-3D el diagnóstico no podía ser más desolador: fractura conminuta diafisaria de tibia y fractura del tercio distal de peroné derechos. ¿Qué quiere decir toda esta jerga médica? Pues que Julián tenía la pierna destrozada después de sufrir lo que los especialistas denominamos 'estallido', ya que el hueso en lugar de romperse limpiamente en realidad casi se pulverizó.


TAC-3D en el que se aprecia el estallido de la tibia en múltiples
fragmentos. | USP San José
Concretamente la tibia estaba rota en tantos fragmentos que nos fue imposible contarlos y tan pequeños que hubo que extraerlos uno a uno para luego hacer la reconstrucción en la mesa de operaciones.

Durante tres horas y media, bajo control radiológico, los cirujanos que formamos el equipo quirúrgico recompusimos aquel complicado puzzle juntando todos los fragmentos y modelando las placas en el quirófano.

Distribuyendo las tareas de reconstrucción y de confección de las placas nos organizamos para recomponer el hueso roto tras retirar los fragmentos de la pierna. Encima de la mesa quirúrgica modelamos y recortamos las miniplacas sirviéndonos de una fresa de diamante. Una vez que todo parece con más cuerpo, más armado, lo unimos definitivamente con otra placa de titanio gruesa lo suficientemente resistente como para permitir al día siguiente la carga parcial durante la marcha sin que todas las síntesis se desmoronen.

En esta ocasión logramos un ensamblaje perfecto para la tibia gracias a una pieza metálica de unos 30 centímetros de largo, ya que el mal estado en el que se encontraba el hueso hacía imposible su reconstrucción sólo con tornillos. Para el peroné usamos una más pequeña porque la fractura no era tan aparatosa.

Después inyectamos plasma rico en factores de crecimiento, mezclado con injerto de hueso para facilitar la consolidación de la fractura; una técnica a la que nos hemos vuelto 'adictos' por los extraordinarios resultados que estamos viendo en nuestros pacientes, deportistas o no.

Radiografía de la reconstrucción
 de tibia y peroné con
placas metálicas.  | USP San José
Sinceramente, la rotura de Simón ha sido una de las más complejas que nos ha tocado tratar y todo reto a la hora de poner a prueba nuestros protocolos de recuperación avanzada.

No obstante, me gustaría destacar la colaboración del paciente en todo momento que nos insistió en hacer "lo que hiciera falta" para recuperarse cuanto antes.

El hecho de que la intervención se llevara a cabo con anestesia epidural le permitió estar al tanto de todos los pasos que íbamos dando y de seguir la operación a través de una pantalla.

El pobre sólo se quejó al día siguiente, cuando nos pidió que le aflojásemos el vendaje porque sentía demasiado dolor. No obstante, una vez hecho esto, Julián ha logrado mover llamativa y sorprendente el pie y el tobillo. Ha conseguido estirar y flexionar la rodilla por completo y levantar la pierna y eso es una gran señal.

Al día siguiente de la intervención ya comenzamos a aplicarle un protocolo de recuperación que consiste, básicamente, en sesiones de fisioterapia manual mañana y tarde, además de drenaje y flexibilidad. Lo primero se hace para descomprimir la zona inflamada por la cirugía; algo fundamental para facilitar el riego sanguíneo y, en consecuencia, la regeneración de los tejidos 'agredidos' en el quirófano y, por supuesto, en el accidente. Gracias a la administración de medicamentos antiinflamatorios muy potentes aceleraremos todo lo posible este proceso.

Lo segundo se hace para evitar la aparición de adherencias y recuperar la funcionalidad de la pierna en el menor tiempo posible. En este blog hemos hecho hincapié varias veces acerca de la necesidad de evitar el anquilosamiento a toda costa después de una intervención.

Julián nos preguntó que cuándo podría estar listo y creo honestamente que su fractura puede formar callo en un mes, momento en el que podrá subir a la moto con las debidas precauciones. En otros quince días quizá esté corriendo de nuevo. Evidentemente, todo dependerá de su evolución porque con su voluntad de recuperarse ya contamos desde el primer día.

El hecho de que haya gastado bromas a otros compañeros a través de Twitter nos anima a nosotros también porque nos indica que estamos en el buen camino.

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