viernes, 15 de marzo de 2013

Recuperación posparto. Te lo mereces.

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A estas alturas, decir que tener un hijo es una experiencia única y que te cambia la vida parece una frivolidad por lo obvio que resulta. Sin embargo, y a pesar de la obviedad, los que tenemos la suerte de ser padres, somos conscientes de ello prácticamente cada minuto del día.

No obstante, en el caso de las mujeres, esta afirmación es palpable prácticamente desde el primer día de gestación, porque incluso antes de saber que están embarazadas ya empiezan a experimentar cambios fisiológicos.

Y es que a ellas no sólo les cambia la vida; les cambia el cuerpo, mucho, y no siempre para bien. Por fortuna para ellas, algunas se libran de las clásicas molestias específicas del embarazo, tales como náuseas, acidez digestiva, problemas de sueño, retención de líquidos... pero de lo que ninguna se escapa es del aumento de peso, de la distensión abdominal, de alteraciones genitourinarias y de sobrecargas lumbares derivadas de la modificación de la curvatura natural de la espalda.

Nuestra fisioterapeuta Carolina Fernández, especialista en uroginecología, nos va a contar cómo paliar y prevenir todos estos efectos colaterales asociados a la gestación para que una vez que tengáis a vuestro bebé en brazos podáis disfrutarlo en plena forma.

Hola a todas.

Antes de nada, me gustaría insistir en la necesidad que existe de trabajar el suelo pélvico después de dar a luz. Aunque parezca mentira, y a pesar de que la tendencia está cambiando, todavía existe un gran desconocimiento acerca de este tema y son muchas las mujeres que se resignan a sufrir una serie de complicaciones porque las encuentran normales.

Durante el embarazo se producen cambios fisiológicos en el cuerpo femenino. Algunos revierten tras el parto, pero otros no. Hay que tener en cuenta que para conseguir el espacio que necesita el bebé para su crecimiento, las vísceras abdominales se desplazan hacia arriba, las vísceras del periné hacia abajo y por delante, el músculo recto anterior del abdomen se distiende.

Este músculo está formado en realidad por dos paquetes de fibras musculares que se ordenan a ambos lados del abdomen en vertical. Parten del apéndice xifoides (final del esternón) y llegan hasta la sínfisis del pubis. Ambos vientres musculares están unidos en el medio por una banda aponeurótica (un tendón en forma de lámina plana) llamada línea alba, que es la que realmente se estira para permitir que el bebé crezca y ocupe más espacio.

Cuando, tras el alumbramiento, hacemos un esfuerzo que requiere contracción abdominal nos podemos encontrar con que si esta distensión es muy llamativa (diástasis) se produce una división en dos del abdomen, que no tiene potencia para llevar a cabo dicho esfuerzo y que se ve flácido y sin tono.

Seguimiento individualizado

Las que os animéis a recuperar el suelo pélvico con nosotros vais a disfrutar de un seguimiento personalizado desde el primer día, así como de una serie de controles periódicos encaminados a evaluar cómo evoluciona lo que los técnicos llamamos transverso profundo del abdomen. De hecho, y para poder evaluar la progresión, al comenzar el curso realizamos una exploración de la diástasis abdominal y de cómo funciona tu suelo pélvico junto con el transverso profundo del abdomen. A partir de ahí seguimos trabajando para la recuperación total.

El conjunto de los músculos que conforman esta faja abdominal constituye una especie de muro de contención cuya función principal es la de mantener en posición adecuada los órganos internos de nuestra cavidad abdominal (vejiga, útero, parte del intestino grueso, recto, vísceras...). Además, son los encargados de mantener el control y la estabilización postural, imprescindible para que nos movamos correctamente a nivel global y para que nos mantengamos erguidas sin problemas.

Si esta musculatura no está adecuadamente tonificada suelen aparecer dolores que pueden abarcar desde el cuello y los hombros hasta las rodillas y caderas (tendinitis de hombro, lumbalgias, asimetrías...). Asimismo, también se desarrollan alteraciones que afectan directamente a la zona perianal, como las temidas incontinencias urinaria y fecal, prolapso (descolgamiento de los órganos, fundamentalmente del útero, pero también del recto o la vagina) o disfunciones sexuales.

El sedentarismo, el envejecimiento y diversos factores hormonales influyen negativamente en el tono muscular del suelo pélvico. A esto hay que sumar los cambios que se producen en la curvatura lumbar y el perjuicio que conlleva la distensión de los tejidos derivados del crecimiento del bebé dentro del útero materno. Todo ello repercute en una elongación excesiva y en una debilidad de este sistema que es importante trabajar tras haber dado a luz; tanto si el parto ha sido vaginal como si se ha producido por cesárea.

Ven a pasarlo bien

Sabemos que tener un bebé conlleva mucho trabajo, pero queremos que disfrutes de nuestras clases y que vengas motivada, ya que en menos de lo que imaginas notarás todos los beneficios. Por eso, hemos seleccionado lo mejor de diferentes disciplinas y terapias y hemos logrado unas sesiones dinámicas, productivas y muy divertidas donde progresaréis cada día.

Hacemos gimnasia abdominal hipopresiva, ejercicios de control motor sobre fitball y otros materiales, trabajamos sobre la Power Plate, una plataforma vibratoria de la que ya os hablamos y que ha demostrado tener muchos beneficios más allá de la recuperación de la silueta, ya que multiplica por siete la tonificación que logramos en el suelo pélvico y el abdomen con unos sencillos ejercicios.

Además, os damos pautas para que practiquéis en casa sin necesidad de desplegar demasiada parafernalia. Así, en sesiones de pocos minutos y sin demasiado esfuerzo seréis capaces de entrenar vuestra faja abdominal por vuestra cuenta. Esto además os ayudará a evitar los dolores de cuello y espalda que suelen venir de la mano de, por ejemplo, sostener a un bebé en brazos, cargar con sus bártulos, amamantarlo o acunarlo.

¿Los resultados? 

Tras un mes de trabajo personalizado hemos visto que la diástasis abdominal se reduce considerablemente y en tres meses casi se resuelve por completo. Este trabajo, junto con unos buenos hábitos de alimentación, te devolverán poco a poco el aspecto que tenías antes del embarazo y lo que es casi mejor, ¡te sentirás bien!

Anímate a cuidarte y a recuperarte al 100% tras el parto. Puedes llamar al teléfono 915104400 y solicitar información sin compromiso, además de acudir a una prueba de forma gratuita. Te esperamos.



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