Valentino Rossi este fin de semana en Alcañiz. |
Poco más de veinte días después, el italiano quedaba quinto en el circuito de Alcañiz tras subirse a su moto con la fractura en fase de consolidación y un clavo implantado en su pierna.
Esta proeza ha llevado a algunos a acusar al piloto de
exagerar las consecuencias de su lesión y a otros a calificar de locura el
riesgo que ha corrido.
En una entrevista concedida a Radio Marca, tuve la
oportunidad de matizar algunas de las cuestiones más relevantes en torno a la
lesión y recuperación de Rossi, de quien quiero destacar valentía y mérito por
encima de todo.
Es cierto que su fractura no es del todo mala en el sentido
de que se ha producido a media altura; es decir en la caña del hueso. De esta
forma, es bastante fácil estabilizarla con un clavo, lo que a su vez quita
bastante dolor.
Por el contrario, cuando estas fracturas se producen en los
extremos; bien hacia el tobillo, bien hacia la rodilla, nos enfrentamos a
cirugías más complejas y a recuperaciones más complicadas, dado que afectan directamente
a la articulación. A pesar de la suerte que ha tenido Rossi al fracturarse los
huesos en su zona media, sus especialistas han tenido que enfrentarse a un
tratamiento ultrarrápido de las partes blandas para desinflamarlas.
En los últimos años se han llevado a cabo grandes avances
para drenar los hematomas y reducir la inflamación de la zona operada a toda
prisa, además de acelerar el proceso de reparación natural del organismo. No
obstante, ni el kinesiotaping, ni los masajes específicos, ni los ejercicios bajo el agua, ni la cámara hiperbárica que dicen que han usado con Rossi evitan
que estemos ante una señora fractura que se encuentra aún en una fase muy
delicada de consolidación y que seguro se lo está haciendo pasar mal encima de
la moto.
Por qué asumen estos riesgos los pilotos
A raíz de decisiones como la de Rossi, muy cuestionadas
debido a la brevedad de los plazos que han discurrido entre la lesión, la
operación y la vuelta al circuito, me vienen a la cabeza ideas
similares a las que he defendido con motivo de recuperaciones relámpago que
hemos llevado a cabo con otros pilotos a los que hemos tratado, como Fonsi Nieto hace ya más de 15 años.
Fonsi tenía ambos maleolos rotos; los pequeños huesos que
sujetan el tobillo en su sitio. Por tratarse de fracturas intraarticulares,
debían ser reparadas mediante una complicada intervención quirúrgica, seguida
de su periodo de rehabilitación oportuno. En sólo una semana, le operamos, al
día siguiente comenzó la rehabilitación y se subió a su Aprilia para competir
en el circuito británico de Donington Park. A pesar de no poder andar, de tener
que llevarle en volandas hasta la moto y del riesgo que hubiera supuesto una
caída, el piloto español quedó sexto, un puesto que celebró como si se tratase
de la victoria absoluta… y con razón.
En casos como estos, hay que tener en cuenta que ellos se
conocen muy bien. Controlan el dolor, son conscientes de sus capacidades y de
la merma de estas cuando se lesionan y además están en muy buena forma física,
lo que resulta de gran ayuda para los especialistas a la hora de planificar no
solo la cirugía, sino el proceso de rehabilitación. Entre todos, pero guiándonos
fundamentalmente por sus sensaciones, vemos hasta dónde podemos llegar y qué trabajos podemos
hacer.
En todo momento, los especialistas informamos a los pilotos
de los riesgos que corren subiendo a la moto en esas condiciones y de las
consecuencias fatales que puede haber si, por ejemplo pierden el control de la
moto por un dolor agudo y se caen. Ellos los asumen porque su profesión está en
juego.
En deportes como el motociclismo, los profesionales que se
juegan mucho en un momento muy concreto y no pueden estar inactivos durante
largos periodos de tiempo porque ello puede suponer la pérdida de patronicios,
dar al traste con una temporada entera o, incluso, poner el punto final a una
carrera deportiva de manera prematura.
¿Tiene riesgos recuperarse tan deprisa?
Hay quien cree que estas recuperaciones tan aceleradas
conllevan secuelas graves en el futuro, a tenor de las que arrastran algunos
pilotos ya retirados que sufrieron terribles fracturas en su momento.
No obstante, este tipo de consecuencias no son achacables
hoy en día a las recuperaciones avanzadas; sino más bien a todo lo contrario.
La experiencia adquirida en iQtra nos ha demostrado que los
periodos de reposo absoluto demasiado prolongados resultan mucho más
perjudiciales que las movilizaciones precoces en términos de dificultad
circulatoria, dolor, inflamación, rigidez, atrofia, aparición de adherencias,
pérdida de movilidad y de masa muscular…
Tanto es así que los deportistas han servido de banco de
pruebas ayudándonos a desarrollar técnicas y procedimientos que llevan al
límite la recuperación de los que no habíamos oído hablar cuando estudiábamos
la carrera. Los beneficios son tan claros que en iQtra hemos usado y ampliado esta
experiencia y la hemos trasladado a nuestros pacientes convencionales.
El motivo no es otro que nuestra firme convicción de que no
solo los deportistas de competición se merecen la mejor de las recuperaciones.
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