jueves, 28 de enero de 2016

Cuida tus rodillas para disfrutar plenamente del esquí


Hola a todos


Los que nos preocupamos de las articulaciones y de la salud de nuestro aparato locomotor lanzamos una advertencia cada vez que comienza la temporada de esquí: cuidado con nuestras rodillas. Un giro inesperado, una caída, la calidad de la nieve… todo puede influir al provocar una lesión de esta articulación. Le cedo el testigo a Luis García, coordinador del equipo de fisioterapeutas de iQtra, que os va dar las claves de cómo cuidar nuestras rodillas.

Cuatro de cada diez lesiones que se producen durante la práctica del esquí son de rodilla: esguinces, luxaciones, rotura de ligamentos o de menisco. Es la articulación que más expuesta está mientras nos deslizamos por la nieve. Además de una buena técnica de esquí es fundamental tener una buena forma física para minimizar el riesgo. Debemos cuidar y mimar nuestras rodillas todo el año.

Siempre aconsejo la valoración por un médico y un fisioterapeuta, que te puedan realizar una exploración precisa y sepa valorar tu situación para buscar el equilibrio idóneo en tu rodilla.

La rodilla es una articulación de carga, situada a media distancia de nuestro miembro inferior, entre la cadera y el tobillo. Por lo tanto, al igual que las dos anteriores, absorbe y amortigua los impactos que pueden recibir nuestras extremidades inferiores y por lo tanto su lesión puede afectar a las articulaciones vecinas o adyacentes.

Como toda articulación se compone de elementos óseos, fémur, tibia y rótula, de cápsula que tapiza la articulación, de ligamentos que la estabilizan, de meniscos que favorecen la congruencia articular y de cartílago y líquido sinovial que amortiguan los impactos y favorecen la lubricación.
Todas estas estructuras hay que cuidarlas con ejercicios que ayuden a preservar y favorezcan su correcto funcionamiento sin que sean agresivos para la articulación:
  • Rodamientos sin resistencia como la bicicleta estática y con el sillín lo más alto que se pueda.
  • Natación.
  • Ejercicios propioceptivos que mejoran la musculatura estabilizadora de la rodilla.
  • Estiramientos que mantengan el tono apropiado para evitar acortamientos de los músculos. 
  • Hay que procurar también un equilibrio entre el cuádriceps (musculatura anterior) y los isquiotibiales y gemelos (musculatura posterior).
Además, es vital seguir una dieta equilibrada (fruta, verdura, cereales, semillas, carne magra, pescado azul, alimentos ricos en vitamina C y antioxidantes...) para favorecer el confort osteoarticular, y naturalmente no podemos olvidarnos de una buena hidratación; facetas ambas  imprescindibles para conservar una buena salud de nuestras articulaciones. 

Para acabar, un último consejo. Si sufres una caída o un mal movimiento, una torsión excesiva o un golpe en la rodilla y sientes molestias, no retrases tu visita al médico o al fisioterapeuta pensando que no es nada; cuanto antes te vea un especialista menos se agravará la posible lesión y antes te recuperarás. 

*Luis García
Fisioterapeuta y Osteópata C.O
Coordinador Fisioterapia iQtra   

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