lunes, 27 de abril de 2015

Soluciones para el dolor del trocánter mayor


De izda. a dcha. Dres Ilizaliturri (México), Castagna (Italia) y Villamor.
Hola a todos.

Tal y como os comentábamos a finales de la semana pasada, hemos estado en el tercer congreso conjunto de la AEA-SEROD (Asociación Española de Artroscopia y Sociedad Española de la Rodilla, respectivamente). Además de compartir conocimientos y actualizaciones con colegas nacionales e internacionales del máximo nivel, iQtra ha aportado dos comunicaciones sobre el tratamiento con artroscopia del dolor del trocánter mayor, un mal que sufre hasta el 25% de la población en los países desarrollados. 

El dolor en la región trocantérica es un tema que nos interesa mucho y que venimos investigando con interés espacial desde hace algunos años, ya que hemos observado la gran frecuencia con la que afecta a nuestros pacientes, muchos de los cuales se ven obligados a usar muletas, tan invalidante como llega a ser este dolor.

Tal y como hemos comentado en otro post de este blog, así como en numerosas respuestas a los usuarios, el dolor en el hueso que tocamos en el lado externo de la cadera (trocánter) se sigue englobando bajo la etiqueta de trocanteritis (inflamación del trocánter), una denominación genérica derivada de la imposibilidad que teníamos en el pasado para escudriñar esta región anatómica y localizar así el origen preciso de este dolor.

Dada nuestra experiencia en este campo, la dirección del congreso nos solicitó estas comunicaciones para exponer los últimos avances que hemos llevado a cabo en iQtra en cuanto al tratamiento de los distintos orígenes del color de cadera; conocimientos que hemos ido obteniendo a base de revisar las publicaciones científicas de primer nivel llevando a cabo cirugías novedosas, primero en cadáveres y luego en nuestros propios pacientes. 

Gracias a ello, a nuestra experiencia en artroscopia de cadera y a las grandes aportaciones que nos está haciendo la ecografía (método con el que nos ayudamos en cada vez más procesos), hemos confeccionado un protocolo de diagnóstico de los distintos tipos de lesiones. Esto nos parece  fundamental para centrar en cada uno de nuestros pacientes el tratamiento más especifico y efectivo.

Una vez definido el diagnóstico estamos evitando el quirófano y solucionando muchos dolores de cadera mediante la infiltración guiada con un ecógrafo en consulta (a la que algunas publicaciones incluso achacan del 60% al 77% de las tasas de éxitos).

En ocasiones, complementamos dicha infiltración con plasma rico en factores de reparación tisular extraídos y concentrados mediante un procesamiento de la sangre del paciente en nuestra sala blanca.

Por su parte, nuestros fisioterapeutas se han volcado igualmente en definir los tratamientos específicos más efectivos como la punción fina o el tratamiento miofascial. 

Para los casos más graves, en los que el resto de opciones no dan resultado, recurrimos a la cirugía artroscópica para resolver con técnicas mínimamente invasivas lesiones como la tendinitis del glúteo medio, la bursitis trocantérica o la cadera en resorte entre otras.

Los debates desarrollados en este curso nos animan  a seguir en una dirección que parece estar siendo satisfactoria para nuestros pacientes y alentadora para nuestro equipo. 

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