No te olvides los estiramientos después de entrenar. | Pixabay |
Seguro que la gran mayoría de vosotros ha dejado atrás las
vacaciones de verano y se encuentra inmerso en la vuelta al cole, la vuelta al
trabajo, la vuelta a casa… la vuelta a la rutina.
Este es, junto con Año Nuevo, el momento en el que solemoshacernos el firme propósito de cuidarnos más, de lograr un peso saludable, de
hacer más ejercicios, de dejar de fumar, de comer mejor… pero lo cierto es que si no vamos por partes,
no nos organizamos y no contamos con la ayuda necesaria, tenemos muchas
probabilidades de que estos buenos propósitos se olviden o queden en el aire.
Puesta a punto
Lo primero de todo es hacer un repaso por la situación
actual. Si ya nos cuidábamos antes de las vacaciones y solo hemos hecho un paréntesis,
será una labor sencilla porque aunque nos hayamos relajado un poco, lo normal
es que estemos prácticamente igual que antes de marcharnos del verano.
No obstante, si somos de los que hemos escogido el inicio de
un nuevo curso para ponernos a punto, será necesario algo más. Lo recomendable
es ponerse en manos de un profesional para que nos haga un reconocimiento
médico y, en función de los resultados, nos aconseje qué deporte nos va mejor,
con qué intensidad debemos practicarlo, con qué lesiones hemos de tener más
cuidado…
Debemos prestar especial atención a los pies. Éstos son los
pilares del sistema locomotor y de su buen estado depende el funcionamiento del
resto de nuestro engranaje. A la vuelta de vacaciones solemos ver un incremento
de casos de fascitis plantar, rigidez y dolor en los dedos, molestias en losgemelos en el tendón de Aquiles… y el motivo fundamental suele ser el uso decalzado inadecuado, mucho más frecuente en verano que en invierno. Sandalias
con poca sujeción, suelas demasiado planas, y chanclas están detrás de estas
dolencias que, además de a los pies, acaban afectando a tobillos, rodillas,
caderas y espalda.
Preparados, listos… ¡ya!
Una vez haber pasado revista toca ponerse en marcha, aunque hay que observar unas precauciones para tener un año deportivo sin sobresaltos. Las
personas que hacen deporte habitualmente seguro que han aprovechado las
vacaciones para practicar disciplinas a las que no pueden dedicarse el resto
del año, pero también es bastante probable que se hayan concedido un merecido
descanso.
Aunque este descanso normalmente no hace estragos en la
forma física, nuestro aparato locomotor sí lo nota. Por eso, tras un periodo de
inactividad hay que retomar la actividad física de manera suave y gradual, sin
saltarse el calentamiento y los estiramientos antes y después de cada sesión
deportiva. Si vuelves a entrenar con la misma frecuencia e intensidad que antes
de las vacaciones lo más probable es que te hagas daño y lo pagues en forma de
agotamiento, lesión o ambas cosas al tiempo.
Si eres novato es importante contar con asesoramiento
profesional para iniciarse en la práctica deportiva que hayamos escogido. Hemos
comentado en otras ocasiones la importancia de escoger una actividad deportiva
que nos guste y nos motive para engancharnos y ser constantes. Si nos decantamospor un ejercicio físico por moda o por capricho estaremos comprando muchas
papeletas para abandonar a las primeras de cambio.
Asimismo, los especialistas en Medicina Deportiva se
encargan de supervisar nuestra evolución, evitar que nos lesionemos… e
introducir cambios en nuestra rutina deportiva en función de la evolución que
vayamos teniendo.
Las personas que empiezan a hacer ejercicio por su cuenta sin tener en cuenta estos y otros factores suelen lesionarse con más
frecuencia, se recuperan peor y en ocasiones sufren secuelas a largo plazo e,
incluso, permanentes. Recuerda siempre que el deporte es para disfrutar y para
ganar salud, no para arriesgarla o perderla.
Disfruta, relájate y descansa
La clave de la salud no reside únicamente en la actividad
física. Aunque las ventajas de huir del sedentarismo se multiplican cada día
que pasa, lo cierto es que el buen estado de nuestro sistema locomotor también
depende de otros hábitos de vida; relacionados fundamentalmente con la
alimentación y con el descanso.
Dejar el tabaco, reducir el consumo de alcohol, evitar el
estrés y dormir las horas necesarias asegurándonos un buen descanso nocturno
resultan fundamentales para que nuestro sistema locomotor no se resienta y
sobre ellos tenemos que trabajar en este regreso a la rutina después de las
vacaciones.
Por su parte, las pautas de la Dieta Mediterránea, declarada
por la UNESCO patrimonio cultural inmaterial de la Humanidad, son idóneas para
cuidarnos sin sufrir; todo lo contrario, ya que sus características van mucho
más allá de la alimentación.
Frutas, verduras, cereales integrales, semillas, pescado, carnes
magras, aceite de oliva… resultan decisivos para el bueno estado de nuestros
músculos, huesos y tendones. Pero también lo son las actividades al aire libre,
la vida activa y compartir momentos con nuestros seres queridos.
En definitiva, se nos agotan las excusas. Para finalizar
este post, vamos a recordar y a hacer nuestro lo que suelen decir los
profesores por estas fechas: el curso es más llevadero y será mucho más fácil
aprobar en junio si dedicamos un rato cada día. Pues eso, vamos a cuidarnos un
poquito cada día para convertirlo en costumbre. Bienvenidos.
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