Cumplir años con salud. | FreeDigitalPhotos.net |
Este fin de semana he estado en un curso sobre las
aplicaciones de la ecografía en Traumatología. Esta herramienta, tal y como os
hemos contado en varias ocasiones, se está haciendo un lugar de honor en
nuestras consultas, dado que nos ayuda no solo a diagnosticar, sino a aplicar
tratamientos infiltrados con mucha más precisión que antaño.
Sin embargo, mi intención hoy no es hablaros de esto, sino
de un fenómeno que nos tiene un poco preocupados a los especialistas que
trabajamos con el sistema locomotor, y no es otro que el deterioro de esta
maravillosa maquinaria asociado al envejecimiento.
Aunque estamos cada vez más acostumbrados a manejar términos
tales como "envejecimiento saludable", "mayores activos",
"hay que cuidarse a cualquier edad"… lo cierto es que todavía resiste
con fuerza (más de la que nos gustaría) la idea de que llegados a cierta edad
hay que resignarse a vivir con dolor, pérdida de funcionalidad, achaques y
renuncias físicas que impiden disfrutar de una calidad de vida aceptable.
Se trata de un error en el que no podemos seguir creyendo,
sobre todo teniendo en cuenta que en nuestro país ya hay más de un 18% de la
población que ha soplado más de 65 velas en su última tarta y que todos estos
perjuicios físicos acaban repercutiendo en el ánimo de nuestros mayores, que
pasan muchos años sumidos en la depresión.
Tenemos que plantearnos un cambio de mentalidad que nos
lleve a la acción porque además de que la población está cada vez más
envejecida, también vive más años y lo que tenemos que procurar es que esos
años no se conviertan en una época triste y oscura.
Manos a la obra
Tal y como explicaba recientemente en varios medios de
comunicación, es necesario que nuestros mayores lleven a cabo actividades
físicas acordes al estado de sus articulaciones, de sus huesos, de sus músculos
y de sus tendones. Asimismo, es imprescindible que dichas actividades sean
motivadoras y promuevan las relaciones sociales y familiares.
Si estas pautas se complementan con Dieta Mediterránea y
patrones de sueño adecuados lograremos prevenir un temido círculo vicioso con
el que nos encontramos más a menudo de lo que nos gustaría: pacientes mayores
que no se mueven porque no están en forma, están cansados o sienten dolor que,
al tiempo, ven agravadas sus dolencias precisamente por un sedentarismo que les
atrofia y les postra progresiva pero rápidamente.
A partir de los 60 años es conveniente optar por actividades
que tengan poco impacto articular. De esta forma, la carrera o los deportes de
raqueta que exigen arranques y cambios de dirección muy bruscos menos
adecuados que las caminatas a buen paso, la bicicleta, el baile o la natación.
El taichi ha demostrado sus ventajas a la hora de mejorar el
equilibrio y evitar caídas y el yoga es ideal para mantener la flexibilidad y
la coordinación de nuestro sistema locomotor. Gimnasia acuática, ejercicios de
suelo… hay montones de alternativas para que nuestros mayores se muevan y estén
mejor a nivel físico y mental.
Los tratamientos; mas y mejores
A partir de la sexta década de la vida existe un riesgo mayor
de fragilidad ósea y articular, problemas que pueden verse agravados por la
pérdida de reflejos o por el desánimo emocional. La actividad física incide
positivamente en todos estos aspectos y tiene un papel preventivo indudable.
Además, en el campo de los tratamientos actualmente tenemos
una gran cantidad de alternativas para ofrecer a los pacientes de más edad.
Fisioterapia, ejercicios específicos, condroprotección (ácido hialurónico,
suplementos nutricionales…) y terapias biológicas (células madre y plasma rico en factores de crecimiento) son capaces de retrasar el daño articular, tal y
como estamos comprobando en nuestra Unidad de Medicina Preservadora de las Articulaciones.
Finalmente, en iQtra hemos comprobado que cuando los métodos
conservadores ya no pueden ofrecer mucho más, es mejor valorar la cirugía quehacer que el paciente arrastre dolores y pierda calidad de vida para, de todos
modos, acabar operándose igualmente.
Las técnicas quirúrgicas mínimamente invasivas, la
artroscopia y los protocolos de recuperación avanzada han hecho que el paso por
quirófano sea una opción muy valorable en lugar de un último recurso, como era
hasta hace bien poco.
Por su parte, las prótesis han mejorado exponencialmente en
cuanto a su diseño y durabilidad, de forma que en muchos pacientes basta con
colocar una prótesis sin necesidad de operaciones posteriores de recambio, un
factor (el de las intervenciones de recambio) que hacía desistir a muchos de
someterse a cirugía protésica. De hecho, estos avances son los responsables de
que pacientes cada vez más jóvenes sean candidatos a llevarlas.
En definitiva, queremos apostar por un estilo de vida activo
y saludable para que nuestros mayores disfruten de una vida plena que podamos
compartir con ellos.
Te puede interesar:
- Unidad de Medicina Preservadora de las Articulaciones iQtra.
- La fragilidad ósea y el deterioro articular se pueden prevenir con actividad física. El Correo.
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