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A la consulta de Podología de iQtra no sólo acuden pacientes con
patologías propias de los pies, sino que cada vez son más los usuarios que han tomado conciencia de que la pisada es causa de problemas que se manifiestan en otras
articulaciones, tales como rodillas, caderas o la columna lumbar.
Para detectar estos problemas y poder tratarlos es
fundamental, tal y como defendemos en iQtra, la existencia de un equipo multidisciplinar, cuyos profesionales de
distintos ámbitos (fisioterapeutas, traumatólogos, médicos deportivos…)
sean capaces no sólo de centrarse en la dolencia por la que el paciente
consulta, sino de ver más allá y detectar cuándo el origen de la patología
puede estar en la pisada del paciente.
Existen casos bastante evidentes, como las desviaciones
hacia fuera o hacia dentro de las rodillas, en las que realineando el pie
conseguimos hacer lo mismo con la rodilla y así descargar las zonas que más
estuviesen sufriendo por las tensiones que provocan este tipo de deformidades.
Pero en otras ocasiones nos encontramos con dolores
inespecíficos, que a simple vista no parece que se deban a ningún problema en
la propia articulación.
Por ejemplo, un paciente que nos consulta por un dolor en la
cara anterior de la rodilla, en el que hemos descartado que haya patología de
rótula o de partes blandas a ese nivel. Es muy importante analizar la pisada en
estática en ese paciente, ya que lo más habitual si lo hacemos es encontrarnos
con que el centro de gravedad de su cuerpo está desplazado hacia delante, lo
que provoca sobrecarga en todo el compartimento anterior de la rodilla, hecho
que puede justificar por sí solo su dolor.
Todo comienza en el pie
Otro ejemplo podría ser un corredor con sobrecarga
permanente en la musculatura de la parte lateral de las pantorrillas, los
músculos peroneos. Es altamente probable que, si analizamos su pisada, nos
encontremos con que es un paciente pronador, es decir, que pisa utilizando
más el borde interno del pie. Ese corredor, por la forma de su pisada, mantiene
siempre en posición de acortamiento esos músculos que tiene sobrecargados, de
ahí que por mucho que los estire no consiga lograr el alivio que necesita tras
la carrera.
No debe asustarnos el hecho de sufrir este tipo de dolencias
u otras parecidas, ya que el abanico de posibilidades terapéuticas es muy
amplio. Lo importante es recibir un tratamiento integral que consiga optimizar
la pisada del paciente eliminando así su dolor.
Es posible que desde el servicio de podología indiquemos una
plantilla correctora, pero un buen entrenamiento y estado de la musculatura son
básicos para lograr el éxito del tratamiento. Los ejercicios de propiocepción,
en los que se trabaja la coordinación y el equilibrio (a la pata coja, sobre
superficies inestables…) serán fundamentales para mejorar la postura, al ser el
pie uno de los captores posturales más importantes. Revisar el tipo de calzado,
indicar estiramientos específicos, trabajar la musculatura adecuada, mejorar el
gesto deportivo… son sólo algunos ejemplos de técnicas que podremos utilizar.
Con todas estas posibilidades y poniéndonos en manos de unos buenos
profesionales, garantizaremos la curación y evitaremos futuras recaídas.
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