viernes, 25 de noviembre de 2011

Artroscopia de cadera: cirugía en directo para especialistas

Hola de nuevo.

Antes de nada quería disculparme por la tardanza no tanto en subir una nueva entrada como a la demora en responder a vuestras preguntas. Siempre que sucede esto se debe a la acumulación de casos complicados o urgentes en una agenda ya de por sí muy ocupada y que entre todos los miembros de iQtra tratamos de estirar como si tuviera cientos de fuelles.

Sin embargo, esta semana hemos tenido que redoblar los esfuerzos con motivo de la III Masterclass Nycomed-Takeda, en Cirugía Artroscópica de Cadera, organizada en el Hospital USP San José el pasado viernes 18 de noviembre. En esta edición la 'protagonista' era una intervención quirúrgica para eliminar un choque femoroacetabular y estaba preparada para ser vista en directo por 120 especialistas en Traumatología y Cirugía Ortopédica procedentes de toda España.

Además de por esta gran afluencia, todos en el equipo estábamos ilusionados como escolares no sólo porque contábamos con el reconocimiento de la Sociedad Española de Cirugía Ortopédica y Traumatología (SECOT), sino porque iba a acompañarnos el doctor Dean K. Matsuda, cirujano ortopédico especialista en Medicina Deportiva y Director de Cirugía Artroscópica de Cadera en el Kaiser Permanente Medical Group de Los Ángeles, que tuve el honor de conocer en México, y que me invitó a compartir días de casos y cirugías con él, en su hospital americano.

Matsuda es una verdadera eminencia en el abordaje del choque femoroacetabular mediante artroscopia, entre otras cosas porque él mismo está intervenido de esta lesión de reciente descubrimiento; operación que le ha permitido seguir practicando deporte habitualmente, como viene haciendo desde su juventud. Este especialista también aboga, igual que hacemos en iQtra, por las intervenciones con la mínima agresión quirúrgica posible y por las recuperaciones precoces que permitan volver a la normalidad cuanto antes.

La intervención

El paciente que se iba a someter al escrutinio de más de 120 pares de ojos era un varón de 49 años aficionado al deporte que sufría choque femoroacetabular doble con lesión en el labrum. En otras palabras: la articulación de su cadera presentaba deformidades tanto en el cuello del fémur como en la cavidad en la que tiene que encajar este hueso, lo que casi con toda seguridad había provocado el daño en el labrum (el cartílago que amortigua el contacto entre el fémur y el acetábulo y que equivaldría al menisco en la rodilla).

En definitiva, teníamos delante de nosotros al paciente con el perfil habitual en este tipo de intervenciones; alguien que sufre dolores, que empieza a ver mermada su capacidad física y su calidad de vida y que avanza peligrosamente hacia una artrosis temprana y a una prótesis de cadera; todo ello rondando sólo los cincuenta años y habiendo recibido a veces diagnósticos erróneos. (pubalgia, trocanteritis, bursitis...).

Las zonas punteadas en naranja indican las deformidades
que han de limarse para corregir el choque femoroacetabular.
A lo largo de tres horas, el doctor Matsuda y yo mismo, limamos las protuberancias (gibas) del cuello del fémur y de la zona acetabular entrando en el campo quirúrgico mediante tres incisiones de apenas un centímetro de longitud; y sin ninguna complicación, confirmando que el abordaje artroscópico es el modo más sencillo y preciso de eliminar el problema desde su origen, evitando así el desgaste articular futuro, el desarrollo de artrosis y la necesidad de implantar una prótesis, una intervención segura pero, sin duda, más agresiva.


Mediante artroscopia los cirujanos 'tallan' el cuello del fémur
y el acetábulo para retirar el tejido óseo (en naranja)
que dificulta la funcionalidad articular.
Los apuntes, explicaciones y aportaciones de los que estábamos en el quirófano fluyeron con total naturalidad, encajando suavemente como un puzzle perfecto. Esta intervención nos sirvió como botón de muestra para dar a conocer una lesión que todavía es poco conocida (aunque cada día lo es más) y la mejor manera de tratarla, ya que no sólo erradicamos el dolor y las limitaciones físicas, sino que además evitamos la evolución hacia una artrosis segura.

Debido a que el choque femoroacetabular es ‘un problema joven’ no disponemos de estadísticas que nos permitan determinar con exactitud cuánto tiempo hemos retrasado la necesidad de una prótesis, aunque tenemos la seguridad de haberlo logrado. Cuando bajé de la intervención inmediatamente pregunté el motivo de que nadie hubiera hecho una pregunta, ya que teníamos la posibilidad de responderla en el momento porque habíamos dispuesto una conexión directa entre el auditorio y el quirófano.

Mil gracias a todos

Los miembros de mi equipo me dijeron que los asistentes estaban literalmente pegados a sus asientos, casi sin parpadear para empaparse de todo lo que estaba ocurriendo; algo que sinceramente me llenó de alegría. Algunos de ellos tomaban notas y otros fotografiaban al pantalla LED para poder recordar y recrear las escenas, un vez regresen a sus lugares de trabajo.

Por si esto fuera poco, los especialistas españoles tenemos nuevos motivos para sentirnos orgullosos, ya que en las jornadas siguientes, en las que acompañamos a Matsuda por la ciudad, estuvo comentando que había operado tan cómodamente y con la misma confianza que en Los Ángeles. Es más, hizo una emocionada y sincera alabanza a la gran preparación que observó en el equipo de enfermeras de Mayte Ocaña y Victoria Toro.

No recuerdo exactamente si con la emoción del momento me olvidé de agradecer a todos los que habían trabajado para preparar este evento; mi compañero y colega el Dr. Rafael Durá, que coordinó la jornada y moderó la cirugía desde la sala, mi secretaria Gabriela Quintana, el Hospital USP San José por aceptar y colaborar exhaustivamente para poder albergar una reunión tan numerosa en el centro hospitalario, y SERHOSA S.A, quién facilitó todo el material e instrumental utilizado en la cirugía.

Detrás del telón, también queda gran parte del equipo de iQtra y de USP San José que estuvo pendiente antes, durante y después de la cirugía. No me los quiero dejar en el tintero. De corazón, gracias a todos, asistentes, organizadores y colaboradores. Un magnífico trabajo en equipo, un éxito compartido.

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