jueves, 3 de octubre de 2019

Preguntas y dudas frecuentes sobre dolor de rodilla

A veces, los especialistas nos empeñamos en promocionar o dar a conocer investigaciones en las que nos embarcamos, datos recientes sobre patologías complicadas o tratamientos muy sofisticados con explicaciones complicadas. El problema es que a veces olvidamos hablar precisamente de lo más sencillo y de lo que más preocupa a nuestros pacientes.


Un ejemplo muy claro de esto que os cuento es el dolor de rodilla. Según la experiencia que tenemos en iQtra, los pacientes tienen preocupaciones básicas con respecto a los dolores de rodilla. 

Por qué me suena o me cruje la rodilla

Hay diferentes motivos por los que pueden producirse crujidos o chasquidos en la rodilla; y no todos tienen la misma importancia. En el espacio articular, se suceden una serie de vacíos articulares que se manifiestan en forma de sonidos que a veces pueden alarmar porque el paciente o quien esté a su lado los percibe “alto y claro”. Este tipo de crujidos se dan a menudo cuando nos ponemos en cuclillas o nos agachamos. No obstante, si estos chasquidos no provocan dolor, es una señal de que no revisten gravedad ni comprometen la articulación. 

A veces, estos movimientos de vacío causan chasquidos debido a una inflamación de los cartílagos. Esto ya sí puede considerarse patológico, ya que suele deberse a que los cartílagos (el recubrimiento liso del extremo de los huesos para que éstos hagan el juego de la articulación deslizándose sin fricción) se inflaman a causa de un esfuerzo excesivo o a una actividad agresiva, de manera que en lugar de deslizarse hacen el chasquido porque se pegan uno contra otro. En ese caso sí se produce dolor o, como mínimo, una molestia.

Por otro lado, las lesiones de menisco también pueden causar crujidos en la rodilla. El menisco es una estructura de cartílago muy flexible que hace de amortiguador natural entre el fémur y la tibia. Con el uso, el paso de los años o con el esfuerzo excesivo puede llegar a romperse. Cuando al hacer ciertos movimientos el fragmento de menisco se coloca y se descoloca, notamos el crujido articular, aunque en estos casos siempre se acompaña de dolor.

Finalmente, los llamados cuerpos libres articulares también provocan ruidos, chasquidos o crujidos en la articulación debido a que por algún traumatismo antiguo, existen pequeños fragmentos de cartílago o hueso que flotan alrededor de la articulación hasta que, ocasionalmente, se introducen entre el fémur y la tibia o entre la rótula y el fémur y provocan ese crujido, también siempre acompañado de dolor.

Causas más frecuentes de dolor en la rodilla

Quizá la causa más frecuente de dolor en la rodilla, o al menos la que más consultas suscita es la inflamación de los cartílagos, llamada condromalacia. Esta lesión es frecuente en corredores, saltadores o gente que hace ejercicios o actividades muy agresivas o que someten a las rodillas a una gran exigencia, por ejemplo, con sentadillas o ejercicios de carga de mucho peso en el gimnasio.

Las lesiones de menisco también ocupan un lugar destacado entre las causas de dolor de rodilla, ya que los meniscos son estructuras que están sometidas a un trabajo constante de amortiguación y adaptación a los movimientos de la rodilla. De esta manera es frecuente que se rompan incluso sin necesidad de que haya habido un traumatismo previo. En estos casos el paciente suele quejarse cuando hace giros o cambios de posición al salir del coche, sentarse…

Las enfermedades reumáticas autoinmunes, como la artritis reumatoide, también causan dolores en la rodilla. En estas patologías autoinmunes es el propio organismo el que genera anticuerpos que atacan a la articulación porque de manera errónea lo confunden con gérmenes y microorganismos peligrosos. Este ataque genera una inflamación responsable del dolor articular.

Cuándo debo acudir al médico

Si yo tuviera que aconsejar a un familiar o a un amigo cuándo debe acudir a un especialista para que le eche un vistazo a sus rodillas lo tendría claro en principio: el dolor y la inestabilidad. 

El dolor porque, como decimos siempre, se trata de un síntoma que nos debe alertar de que algo no va bien en nuestro organismo; una señal a la que debemos prestar atención para poner en marcha los tratamientos adecuados para mitigarlo o eliminarlo. Asimismo, el dolor deteriora considerablemente la calidad de vida y empeora el estado de ánimo de quien lo sufre.

Por su parte, la inestabilidad suele indicar una rotura o un problema en alguno de los ligamentos que sujeta la articulación de la rodilla. En este sentido, hay que aclarar que las roturas de ligamentos no siempre cursan con dolor. En esos casos los pacientes pueden hacer vida casi normal… salvo porque de vez en cuando “la rodilla les falla” haciendo incluso que pierdan el equilibrio. 

La rotura de los ligamentos de la rodilla o el hecho de que no tengan la tensión adecuada hace que el engranaje de piezas que compone la articulación no funcione de manera precisa. El hecho de que esta circunstancia no cause dolor y que esos fallos de la rodilla solo se produzcan de manera ocasional pueden hacer creer de manera errónea que se trata de un trastorno sin demasiada importancia. Nada de eso.

Pasar por alto esta cuestión repercute en que la articulación se desgasta prematuramente, lo que acelera la aparición de la artrosis y conduce al quirófano para implantar una prótesis en un plazo mucho más corto de lo que sería más o menos esperable.

Medidas preventivas para evitar una lesión de rodilla

Con el paso del tiempo siempre se va produciendo un deterioro general de todo nuestro organismo. No obstante, existen una serie de pautas para aminorarlo y conseguir que nuestro sistema locomotor aguante en plena forma a pesar de los años. 

En lo referente a las rodillas, la primera medida es no someterlas a esfuerzos demasiado agresivos o demasiado intensos. Es importante vigilar los cambios de dirección, frenadas en seco, sprints… que se dan en ciertos deportes, como el fútbol o el pádel o los ejercicios con cargas de peso muy grandes.
Además es fundamental ser conscientes de qué tipo de ejercicio es más adecuado para nosotros y con qué intensidad debemos practicarlo en función de nuestra edad y nuestra condición física.

Por otro lado, una manera de mantener las rodillas en forma, entendiendo por ello estar más nutridas, vascularizadas y oxigenadas es practicar a diario rodamientos articulares suaves, como los que se practican pedaleando o nadando. Estos ejercicios activan el riego sanguíneo de todos los tejidos de la rodilla y los mantienen sanos. También existen suplementosarticulares, los condroprotectores, que se pueden tomar para darle un extra de nutrición a los cartílagos y ligamentos.

Cuando ya empiezan a aparecer lesiones, tendremos que recurrir a los tratamientos que aplicamos en nuestra Unidad Preservadora de las Articulaciones. Estos suelen ser una combinación de fisioterapia, ejercicios específicos, infiltraciones de ácido hialurónico y/o plasma rico en factores de crecimiento…

Qué podemos hacer en iQtra para darle soluciones

En iQtra tenemos un sistema muy definido acerca de lo que debemos hacer cuando viene a nosotros un paciente con dolor de rodilla. 

En primer lugar hay que hacer un buen diagnóstico. Para ello no podemos basarnos únicamente en las pruebas de imagen. Para diagnosticar correctamente es esencial abrir una historia clínica completa, hacer una consulta presencial exhaustiva y una exploración manual.

En función de los resultados y del diagnóstico obtenido debemos actuar de manera multidisciplinar. Por regla general, el tratamiento no va a requerir de la intervención de un solo profesional, sino de dos o más miembros de un equipo formado por el traumatólogo, el médico deportivo, el entrenador, el fisioterapeuta… trabajando siempre de manera coordinada.

Dolor de rodilla: Dudas y preguntas más frecuentes, vídeo Dr. Villamor.



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