miércoles, 29 de mayo de 2019

Las necesidades nutricionales de la mujer

Imagen de Luisella Planeta Leoni en Pixabay
Hola a todos.

La semana pasada, tuvimos el placer de acoger una interesante jornada divulgativa sobre nutrición impartida por Elisa Blázquez, nutricionista del equipo iQtra especializada en proponer soluciones integrales para que cuides tu salud de la manera más saludable y rica posible: alimentándote. 

Antes de dejaros con las impresiones de Elisa, nos gustaría  agradecer a Yourself Woman, una plataforma que impulsa la transformación femenina con programas de entrenamiento, networking, talleres y eventos, su colaboración para organizar la charla y, sobre todo, dar las gracias a todas las que pasasteis el viernes a escuchar la cantidad de cosas que teníamos que contaros sobre las necesidades nutricionales de la mujer.


Todos los que me conocen un poco saben que mi trabajo me apasiona. Mejorar la salud de las personas a través de la alimentación y descubrir a mis pacientes que una dieta sana y equilibrada también puede ser sabrosa y fácil de seguir es muy gratificante.

Sin embargo, si hay algo por lo que tengo especial debilidad es por hablar de las necesidades nutricionales específicas que tenemos las mujeres. La salud y el bienestar de la mujer están condicionados por las hormonas… y no solo durante la vida fértil. 

A pesar de que muchas veces se tiende a hablar de las hormonas como si se tratase de un factor inamovible sobre el que no tenemos ningún tipo de control, lo cierto es que a través de la nutrición podemos hacer mucho por favorecer el equilibrio hormonal necesario para tener una buena salud física y mental en cada etapa de la vida.

Gracias a una nutrición adecuada que repercuta positivamente en nuestro perfil hormonal, mejoraremos nuestra salud cardiovascular, el peso, la fertilidad, el estado de ánimo y, por supuesto, nos sentiremos más livianas y bellas por dentro y por fuera. La alimentación es mimo, bienestar, equilibrio y belleza y nos ofrece las herramientas útiles y efectivas que nos ayudan a conseguir la mejor versión de nosotras mismas.

Cómo es cada década de la vida


Locos años 20. La segunda década viene acompañada de la plenitud en el desarrollo sexual, es el momento más fértil, nuestro cuerpo está terso y la piel repleta de colágeno. Es una etapa en la que se tiende a no prestar demasiada atención la buena alimentación, pero esta es fundamental para exprimir al máximo todo el esplendor hormonal que se vive en este momento. En esta etapa nuestra piel necesita buenas cremas nutritivas e hidratantes y nuestro cuerpo deporte y una dieta variada, energética y mu natural.

Vamos a por los 30. La tercera década es un momento de madurez maravilloso, pero aumentan las responsabilidades y en consecuencia el estrés, toca conciliar familia con metas laborales, suele ser la media de edad a la que se tienen hijos. En esta década empezamos a cuidarnos más, la piel empieza a tener sus primeras arrugas de expresión, nuestra tasa metabólica tiende a disminuir un poquito. Los ciclos menstruales suelen ser más notorios, en esta edad también alcanzamos el pico de densidad ósea. Si lo hacemos bien en este momento y empezamos a realizar un buen plan de prevención en las décadas posteriores será coser y cantar.

Cumplimos los 40. En la cuarta década nos vamos alejando poco a poco de la edad fértil. La prevalencia de desequilibrios cardiometabólicos cómo la hipertensión o la hipercolesterolemia aumentan, es muy importante que hayamos cogido buenos hábitos de vida desde los 30 para evitar estos cambios. La masa muscular tiende a disminuir y la grasa se distribuye en la zona abdominal. El ejercicio físico será nuestro mejor aliado. La piel pierde más elasticidad y empiezan a aparecer ciertas manchas de pigmentación. Los antioxidantes, un buen plan depurativo dos veces al año y el cuidado de nuestro intestino serán vitales en este momento de la vida.

Listas para la menopausia. En la quinta década suele debutar la menopausia con la correspondiente bajada hormonal. Los cambios de la menopausia son muy distintos de unas mujeres a otras, pero es muy importante que nos cuidemos desde el comienzo de nuestra edad fértil para llegar a esta década repletas de salud y vitalidad. Sin duda, es una etapa estupenda de madurez intelectual y emocional, solo hay que cuidarse para disfrutarla al máximo.

Cada etapa tiene sus peculiaridades, pero hay aspectos que interesa cuidar independientemente de la edad que tengamos. Para ello hay que comprender muchas de las cosas que le ocurren a nuestro cuerpo.

Cambios hormonales


El ciclo hormonal de la mujer es extraordinario, sin duda las hormonas nos convierten en seres poderosos, capaces de dar vida y nos protegen frente a un montón de enfermedades. Pero a veces nos juegan malas pasadas, el Síndrome Premenstrual (SPM) afecta a un alto porcentaje de mujeres y lo que no nos han contado, es que hay más soluciones que la toma de hormonas para ayudarnos a disminuir los síntomas asociados a cambios hormonales.

El SPM se acompaña siempre de inflamación y hay fuertes evidencias que demuestran cómo alteraciones en la microbiota intestinal pueden favorecer dicho síndrome.

La dieta antiinflamatoria es una estrategia fundamental para cuidarnos a lo largo de la vida y evitar los dichosos síntomas del SPM. Consiste en llevar una alimentación natural, rica en vegetales, con un aporte elevado de antioxidantes, exenta de azúcares simples, harinas refinadas y grasas animales.

Incorporaremos frutos secos, semillas, alimentos fermentados (chucrut, miso, kombucha), frutos rojos, granos integrales cómo la quinoa, té matcha, pescado azul, aceite de coco y de oliva virgen extra.

La fitoterapia puede ayudarnos enormemente a mejorar las alteraciones hormonales, aunque debe prescribirse siempre por un experto: la salvia, la alfalfa, el sauzgatillo, el Dong quai, el trébol rojo u otras alternativas cómo el aceite de onagra o la raíz de maca, son potentes reguladores para la mujer y bien prescritos, pueden ayudarnos mucho, tanto durante la edad fértil, cómo a partir de la menopausia.

Fertilidad y nutrición


Hablar de fertilidad no es solo hablar de tener hijos, es hablar de equilibrio hormonal y metabólico. Cómo acabo de comentar existen muchos reguladores neuroendocrinos que son vitales para mejorar la salud hormonal de la mujer.

El estado nutricional también es importante, el hierro y el zinc tan importantes para la ovulación, el calcio, la vitamina D, el ácido fólico, el resto de vitaminas b y el omega 3, entre otros no deben faltar en la dieta para que la mujer esté preparada para concebir.

Menopausia y corazón


La llegada de la menopausia supone la caída del nivel de estrógenos y la pérdida del escudo natural que estos representan frente a las enfermedades cardiovasculares. El hecho de que las mujeres estén protegidas por su perfil hormonal es muy positivo, pero también tiene una cara menos amable. 

Cuando la mujer pierde este salvoconducto cardiovascular suele estar más desprevenida. Esto, unido al hecho de que las patologías cardiovasculares no avisan o lo hacen de forma distinta a como lo hacen en el hombre, hacen que las patologías coronarias sean igual de frecuentes en mujeres a partir de los 50 años, sino que además tengan peor pronóstico. 

Prepararse con antelación con una dieta que ayude a controlar los principales factores de riesgo cardiovascular (sobrepeso, tensión arterial, hipercolesterolemia, glucemia…) y contribuya a mitigar el impacto de la caída estrogénica es vital para una menopausia sin riesgo para el corazón.

En este periodo vital es esencial asegurarse el aporte adecuado de ácidos grasos omega 3 (un nutriente fundamental también en el varón). El efecto antiinflamatorio y su efecto positivo sobre la pared arterial los convierten en uno de los mejores amigos de nuestro corazón.

Belleza y peso corporal


Este tema es muy amplio y apasionante. Cada piel y cada metabolismo tiene unas necesidades, pero os voy a enseñar un plan de acción nutricional para el cuidado de la piel y para la celulitis que os va a encantar.

Para mantener un peso sano necesitamos una alimentación antiinflamatoria sana, natural y muy rica en vitaminas y antioxidantes. Y por supuesto, una buena rutina de actividad física.

El balance energético del día siempre debe desplazarse hacia la mañana, con un desayuno fuerte y nutritivo con hidratos de carbono y proteínas y una cena ligera y digestiva con vegetales y proteínas. Las horas de comidas pueden variar mucho, pero os recomiendo hacer siempre un ayuno nocturno de al menos 12 horas.

Piel sana


Proteínas y colágen. El colágeno forma la matriz de nuestra piel, de la que depende que esté tersa y firme. Para evitar la pérdida de colágeno de la piel hay que consumir proteínas de una manera equilibrada, recomiendo una ración en cada comida: En el desayuno el huevo, el cáñamo, la chía y los frutos secos son los alimentos estrella. En la comida el pescado, la quínoa, la carne ecológica o las legumbres siempre deben estar presentes. Y en la cena es mejor priorizar el pescado a la carne o alternativas vegetales cómo el tofu.

Vitamina C y antioxidantes. La vitamina C también nos ayuda a formar colágeno y tiene un poder antioxidante muy alto. Es una vitamina que se pierde fácilmente con el cocinado, por ello las comidas deben aportar siempre vegetales crudos. Alimentos ricos en vitamina C son: los cítricos, frutos rojos, el brócoli (preparado muy al dente), los vegetales de hoja verde o el acai.

Betacarotenos y pigmentación de la piel. se trata de los fitoquímicos que dan color y sabor a los vegetales. El tomate, la zanahoria, la calabaza, los frutos rojos son ricos en betacarotenos. Estos pigmentos son pro-vitamina A y son básicos para proteger a nuestra piel de la luz solar y regular nuestros niveles de melanina.

Clorofila y detox corporal. la clorofila es el pigmento verde de las algas o las hojas verdes. Tiene un poder depurativo altísimo. Recomiendo incorporar algas cómo la chlorella en los meses de primavera y otoño e incorporar vegetales de hoja verde en las comidas del medio día. Un licuado verde de pepino, apio, espinaca, pera y limón, también es estupendo para comenzar el día depurándonos.

Agua e hidratación. Empieza cada día con un vaso de agua tibia y el zumo de medio limón. Y bebe al menos litro y medio de agua. Bebidas cómo la Kombucha, el té verde, las infusiones de jengibre o la limonada casera son opciones estupendas para beber a lo largo del día.

Probióticos y equilibrio vital. la salud de la microbiota también es fundamental para la piel, es más, muchas enfermedades dermatológicas están asociadas a desequilibrios en las colonias de bacterias del organismo. Alimentos con efecto probiótico que ayudan a nuestro cuerpo son: el kéfir, el miso, la kombucha, el yogurt o el chucrut. Incorpóralos en la rutina semanal.

Antiaging

Llamamos antiaging a las estrategias encaminadas a envejecer de una manera fisiológica pero lenta. Para conseguir ralentizar al máximo el envejecimiento es fundamental cuidar el estilo de vida y el estado emocional. El estrés nos envejece muchísimo, por ello es tan importante realizar técnicas cómo la meditación, el mindfulness o cualquier terapia cuerpo-mente que nos ayude a encontrarnos en equilibrio emocional. 

En materia de antiaging los antioxidantes ganan la partida. 

Salud ósea


La desmineralización ósea y la osteoporosis suelen asociarse a la menopausia. Sin embargo, lo cierto es que la densidad de nuestros huesos se encuentra en el pico más alto hasta los 30 años. A partir de ahí, se empieza a perder masa ósea; primero lentamente y progresivamente de forma más acusada.
De esta forma, nuestra alimentación debe ayudar a paliar esta carencia en la tercera década de la vida; no en la quinta. De esta forma, no solo hay que confiar en que nos receten suplementos de calcio llegado el momento. Además, hay que vigilar el nivel de vitamina D y el conjunto de la alimentación que seguimos. 

Frutos secos, legumbres, sésamos, miso, nada de refrescos carbonatados, poca carne roja… van a ser nuestros mejores aliados. 

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Elisa Blázquez. Nutricionista iQtra
  • Diplomatura en Nutrición humana y dietética por la Universidad Complutense de Madrid. 
  • Especialista en Nutrición Celular Activa. 
  • Seguimiento nutricional en patologías crónicas. 
  • Coaching nutricional.

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