En iQtra hemos empezado con energías renovadas y muchas ganas de hacer cosas nuevas, de seguir investigando y de seguir avanzando para ofreceros lo mejor en nuestro campo: el cuidado del sistema locomotor.
En estos días es inevitable hacer un listado de propósitos que queremos cumplir en el año que acabamos de estrenar. Muchos de ellos tienen que ver con la salud y lamentablemente buena parte de estos objetivos acaban siendo una mera declaración de intenciones en pocos meses; a veces incluso en pocas semanas. Así que vamos a tratar de ponerlo un poco más fácil para que, esta vez sí, podamos hacer un buen balance el año que viene por estas mismas fechas.
Repasa tus objetivos incumplidos
Si te lanzas a hacer una lista de deseos a toda prisa tienes grandes probabilidades de que ésta se convierta en un brindis al sol a las primeras de cambio. Por eso hay que pararse a pensar detenidamente en qué tipo de propósitos vamos a incluir en este listado. Una buena manera de comenzar es repasar los objetivos que nos planteamos para el año anterior, cuáles hemos conseguido y cuáles, por el contrario, han quedado pendientes.Un truco muy útil es hacer este balance ayudándonos de papel y lápiz... y escribirlos sin atropellos. No es necesario enumerar lo logrado y lo no conseguido de una sentada y en diez minutos. Puedes sentarte a pensar y retomar la lista según te vayan viniendo a la memoria conceptos relacionados con el tema.
Qué ha fallado
Una vez que hayamos hecho este examen de conciencia tenemos que ser honestos a la hora de encontrar las explicaciones o motivos por los que no hemos alcanzado el objetivo. No se trata de fustigarnos, simplemente se trata de dar con las claves para no volver a fallar. En este sentido, puede ayudarte conocer las razones más frecuentes que hay detrás de nuestros tropiezos a la hora de cuidarnos un poco más:- Nos marcamos objetivos demasiado difíciles o poco realistas. Si de llevar una vida sedentaria queremos pasar a correr un maratón en febrero o si pretendemos perder 25 kilos para esas mismas fechas estaremos haciendo una clara apuesta por el fracaso más estrepitoso y nos estaremos asegurando una buea dosis de frustración.
Las conductas relacionadas con el cuidado de la salud deben ser hábitos que adoptemos habitualmente y no esfuerzos esporádicos que nos cueste un triunfo llevar a cabo. Por eso, es mejor evaluar cuál es nuestro estado de salud y planificar las metas a base de pequeños logros que podamos ir cumpliendo progresivamente sin morir en el intento y sin acabar hasta el gorro de la vida sana.
¿Un ejemplo? Si eres esa persona sedentaria que hemos mencionado antes, olvida el maratón de febrero y decántate por salir a caminar en días alternos por el parque que tienes cerca de casa o por apuntarte a baile dos o tres días por semana. Si te sobran 25 kilos trata de perder 1,5 por semana sin agobios y sin hacer locuras que te hagan recuperar 30 en cuanto dejes de vivir a dieta. Si estás enganchado al móvil, trata de dejarlo un par de horas antes de irte a dormir o de establecer unas horas libres de tecnología.
- Nos hacemos demasiados propósitos a la vez. Si además de correr un maratón en febrero y perder 25 kilos queremos dejar de fumar, aprender chino, apuntarnos a Pilates, estar más tiempo con nuestros hijos, usar menos el móvil, renovar el vestuario, redecorar la casa, hacer esgrima, montar a caballo y participar en el torneo de fútbol del trabajo... seguramente lograremos una agenda tan llena como inútil.
Adquirir hábitos de vida saludables conlleva un esfuerzo hasta que logramos interiorizarlos y convertirlos en comportamientos cotidianos. Hacer demasiados cambios a la vez, si además son muy drásticos, solo repercute en nervios, estrés y cansancio y todo eso a su vez nos llevará a tirar la toalla antes de que nos hayamos calzado las zapatillas.
¿Un consejo? Escoge los dos o tres objetivos que consideres más urgentes (por ejemplo, si te sobra mucho peso escoge perderlo en lugar de apuntarte a tres actividades lejos de casa) y que más te motiven. A medida que vayas logrando tus metas (recuerda que debes ir alcanzándolas a base de logros más modestos) seguro que vas encontrando ánimo y tiempo para otros propósitos que quieras cumplir.
- No concretamos. Trazarse metas generales o formular deseos muy ambiguos es casi como no decir nada y, por lo tanto, no sirve como propósito de Año Nuevo que realmente queramos cumplir. "Quiero cuidarme más" o "Voy a comer mejor" son claros ejemplos de deseos que en el fondo no significan gran cosa. ¿Qué es cuidarse más? ¿ir al gimnasio? ¿empezar a correr? ¿hacerse un chequeo? ¿dejar el alcohol? En esta misma línea, ¿qué implica comer mejor? ¿tomar menos azúcar? ¿comprar más verdura? ¿renunciar al chocolate?
En lugar de estas generalidades, y si hemos detectado que nuestra alimentación es un problema deberíamos proponernos, por ejemplo, desayunar correctamente. Si sabemos que deberíamos movernos un poco más, más vale proponerse salir a caminar dos o tres días por semana que decir "tengo que hacer deporte" a secas.
- No sabemos por qué lo hacemos. Si para cada objetivo encontramos un motivo para hacerlo, sin duda estaremos dando un gran paso para lograrlo con éxito. De esta forma, seguro que mejoraremos nuestra alimentación si somos conscientes de que con eso mejorará también nuestra salud o estaremos más preparados para bajar de peso si lo hacemos con el propósito de descargar nuestras articulaciones.
En este sentido, es conveniente huir de las modas y priorizar la salud por encima de la estética o las tendencias porque, de lo contrario, pondremos en riesgo nuestra constancia.
- No buscamos ayuda. Bueno vale, hemos decidido mejorar nuestra alimentación y ser un poco más activos pero ¿sabemos cómo hemos de hacerlo? ¿qué habitos debemos corregir y cuáles debemos potenciar? Para llevar nuestros objetivos a buen puerto es imprescindible contar con asesoramiento y consejo profesional especializado.
Es difícil mejorar nuestra forma de alimentarnos sin un nutricionista que nos enseñe a comer y nos ayude a implantar conductas saludables y es casi imposible progresar en un deporte si un especialista en Medicina Deportiva no nos dice en qué forma estamos, qué tipo de ejercicio es el más adecuado para nuestra condición física, cómo debemos planificar nuestro entrenamiento y cómo hemos de hacer para evitar lesiones.
Analiza las conclusiones... ¡y a por ello!
Si eres impaciente y estás ansioso por ponerte en marcha puedes pensar que todo este trabajo previo es una pérdida de tiempo... pero no es cierto. Este ejercicio de repaso previo es, aunque no lo creas, una forma excelente de poner los cimientos de tu nueva vida saludable. Si te tomas el tiempo suficiente para llevarlo a cabo habrás recorrido una parte muy importante del camino incluso aunque no te hayas puesto manos a la obra en ninguno de tus propósitos concretos.Ahora que ya estamos en marcha, solo nos queda disfrutar de la travesía y tener paciencia para ir acercándonos a la meta con paso firme y seguro. ¡Ah! y si en algún momento flaqueas no lo uses como excusa para rendirte. Recuerda que lo verdaderamente importante no es caer, sino levantarse. Todos los que hacemos iQtra estamos decididos a ayudarte, así que brindemos por un año lleno de objetivos cumplidos.
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