miércoles, 18 de mayo de 2016

Trabajar los glúteos tiene ventajas más allá de la estética

Hola a todos.

Hace unas semanas un par de medios de comunicación contactaron con iQtra para la realización de sendos reportaje sobre el trabajo de los glúteos, por aquello de la operación bikini que ya está en marcha. Fue entonces cuando comentamos que a pesar de ser los músculos más grandes y potentes del cuerpo humano, apenas reciben atención más allá de la estética y de las ventajas que tiene para la figura tener unos glúteos tonificados y bien trabajados.


Tal y como quedó reflejado en estos artículos, los glúteos no sirven únicamente para lucir un buen tipo. De hecho, tenerlos debilitados tiene consecuencias bastante más serias de lo que cabría esperar.

Los glúteos (grupo muscular dividido en tres secciones: mayor, medio y menor) conforman el sostén fundamental del eje lumbar y sacro. Contribuyen decisivamente a que la columna vertebral esté erguida y a estabilizar la pelvis; una zona que describí en mi explicación como una especie de maceta de la que sale la columna a modo de caña de bambú; de forma que si el tiesto está torcido la caña buscará la verticalidad con curvas compensatorias. Además, juegan un papel esencial en nuestro equilibrio.

De esta manera, tener estos músculos hipotónicos (poco trabajados) repercute negativamente en la postura, en el bienestar de la espalda y en los dolores lumbares; una dolencia que afecta a la mayor parte de la población al menos una vez en la vida y que constituyen nada más y nada menos que el 80% de las consultas que vemos en Traumatología.

Asimismo, también quisimos destacar en el reportaje que el hecho de no trabajar los glúteos repercute negativamente incluso en gente que cree estar entrenada. La explicación es que el cuerpo humano es muy listo y si observa un déficit en algún grupo muscular poner a trabajar otro que pueda hacer un trabajo similar y en consecuencia los primeros se vuelven aún más vagos.

No obstante, este mecanismo de compensación, lejos de suplir una carencia, puede acarrear consecuencias muy negativas. Unos glúteos poco trabajados suelen provocar malos apoyos en la zancada al correr y éstos, a su vez, desencadenan problemas como la rodilla del corredor o el síndrome de la cintilla iliotibial.

¿Y qué podemos hacer para activar nuestros glúteos? Por un lado, trabajarlos específicamente para evitar que otros grupos musculares hagan un trabajo similar (tensores de la fascia lata o isquiotibiales, por ejemplo) y se produzca la descompensación que hemos mencionado. Mención especial merecen los estiramientos; grandes olvidados del ejercicio en general y del trabajo de los glúteos en particular.

Concretamente, en este caso es conveniente mantener elásticos y flexibles los músculos antagonistas de los glúteos (aductores, cuádriceps y psoas) bloqueando la pelvis; un gesto que seguro que a los que practican Pilates les resulta de lo más familiar.

Estas rutinas de ejercicios nos ayudarán a adoptar una postura envidiable (sin que la pelvis caiga hacia delante), nos evitarán problemas de espalda y rodilla y además nos procurarán un tipo estupendo.

Así que ahora solo queda sacar unos minutos diarios para hacerlos ¿Te animas?

Enlaces de interés:


No hay comentarios:

Publicar un comentario