lunes, 11 de noviembre de 2013

¿Es seguro conducir escayolado?

Hola a todos.

Estamos preparando muchas novedades en iQtra y la verdad es que nos faltan horas en el día para llegar a todo lo que nos parece idóneo para atender a nuestros pacientes. Sin embargo, no quería dejar pasar la oportunidad de reflejar en esta entrada un artículo muy interesante publicado en el número de noviembre de Journal of the American Academy of Orthopaedic Surgeons acerca de las consideraciones que hay que tener en cuenta antes de volver a conducir después de un proceso traumatológico.

Como además muchos de vosotros preguntáis en el blog acerca de este tema, me ha parecido interesante reflejar el punto de vista meramente médico, lógicamente dejando aparte las consideraciones personales y, sobre todo, legales que rigen para este tema, ya que entre otras cosas son muy diferentes de un país a otro.

El caso es que los investigadores a los que me refiero, observaron, igual que hacemos nosotros en iQtra, que muchos pacientes, acuciados por la necesidad emocional de retomar su vida diaria, por la premura con la que han de volver al trabajo o simplemente por una falta de información, se ponen al volante de sus vehículos sin consultarlo con sus especialistas, lo que no siempre es adecuado.

Sabéis de sobra que en iQtra somos partidarios de llevar a cabo recuperaciones precoces en tiempos breves para interferir lo mínimo imprescindible en la vida cotidiana de un paciente, pero también somos amigos de la prudencia y de no hacer las cosas deprisa y sin control. Por este motivo, nos ha parecido útil hacernos eco de los consejos que citan los autores de trabajo que os he mencionado:

  • Si estás tomando medicación para mitigar el dolor consulta el prospecto por si ésta tuviera efectos narcóticos. En ese caso no debes conducir.
  • Recuerda que la postura correcta para coger el volante atañe a las dos manos y que los pedales se manejan con ambos pies. Si alguna de tus extremidades superiores o inferiores no está al 100% deberías pensártelo dos veces antes de coger el coche.
  • Férulas, escayolas, vendajes en ocho y otros dispositivos inmovilizadores utilizados habitualmente tras una intervención traumatológica, una fractura o una reducción realizada para tratar una luxación restan habilidad, sensibilidad y merman la propiocepción (conciencia que tenemos de nuestro propio cuerpo y de nuestros movimientos), lo que perjudica la conducción, tarea que requiere condiciones físicas y de reflejos máximas.
  • Consulta con tu especialista cuándo puedes ponerte al volante. No hay plazos fijos, pero en función de la progresión de cada paciente él te podrá indicar cuando estás listo para volver a ponerte al volante.

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