miércoles, 13 de junio de 2018

Running; ponte en manos profesionales y evita lesiones


Hola a todos.

Esta semana he leído un trabajo en la revista Journal of Science and Medicine Sports que arroja varias conclusiones muy interesantes para los aficionados al running y también para los especialistas que tratamos a este tipo de deportistas.


Se calcula que más de dos millones de españoles se calzan las zapatillas asiduamente y salen a correr. La locura por este deporte se aprecia en las cifras de ventas de zapatillas y ropa deportiva específica y en las inscripciones de las diferentes carreras populares, que no han hecho sino aumentar en los últimos años. Los motivos de la fiebre por este deporte son muchos, aunque fundamentalmente giran en torno a sus beneficios, sus resultados visibles y al hecho de que se puede practicar solo o en grupo, a diferentes niveles, con carácter competitivo o no… y todo ello sin necesidad de hacer un desembolso económico importante.

No obstante, apuntarse a las modas deportivas también acarrea una serie de circunstancias menos positivas que hemos de tener en cuenta para sacarle todo el jugo al entrenamiento sin poner en riesgo nuestra salud.

Runners autodidactas


La investigación a la que os hago referencia, elaborada por especialistas en Medicina Deportiva de la Universidad de Edimburgo (Reino Unido), contó con la participación de 1.145 runners aficionados que remitieron exhaustivos cuestionarios en los que se reflejaba su plan de entrenamiento, sus objetivos, la frecuencia con la que salían a correr, la experiencia que tenían como practicantes de running, el terreno en el que solían correr, la intensidad y la carga de entrenamiento…

Después de analizar los datos, las autoras del seguimiento llegaron a una serie de conclusiones que invitan a reflexionar. Por un lado, hallaron que nada menos que 570 corredores tenían algún tipo de lesión musculoesquelétic de diversa índole en el momento de participar en el trabajo. A pesar de que dicha lesión les causaba dolor, había afectado a su rendimiento y les había obligado a reducir su carga de entrenamiento, nada menos que el 86% de ellos no había dejado de salir a correr, lo que había perjudicado su recuperación de manera notable.

Por otro lado, observaron que la mayoría de los runners que no habían seguido un plan de entrenamiento estructurado y supervisado por un profesional tenían más riesgo de sufrir lesiones en su aparato locomotor que los que habían buscado ayuda especializada. Este punto parece obvio, pero sin duda es destacable, dado que buena parte de los aficionados a este deporte comienzan a practicarlo sin asesoramiento profesional.

“Los corredores más experimentados tienen una tasa menor de lesiones. Los principiantes deberían recurrir a programas debidamente estructurados que vayan adaptando la carga de entrenamiento a su evolución, sus progresos y sus circunstancias. Esto es especialmente importante cuando sufren una lesión, ya que el hecho de recuperarse por completo de la misma reduce el riesgo de volver a hacerse daño en el futuro”, concluyen las investigadoras.

Estas afirmaciones de las especialistas coinciden plenamente con la manera que tenemos de trabajar en nuestra Unidad de Medicina Deportiva. Tal y como hemos comentado en varias ocasiones, antes de empezar a practicar cualquier ejercicio de cierta exigencia es conveniente ponerse en manos profesionales para contar con un asesoramiento adecuado que nos ayude a progresar, a cumplir nuestros objetivos y a cuidarnos con salud.

Medicina Deportiva iQtra


En iQtra comenzamos abriendo una historia clínica y llevamos una exhaustiva entrevista para conocer no solo la condición física actual del paciente, sino también antecedentes familiares que puedan darnos pistas de posibles problemas que debamos tener en cuenta. Saber además si el paciente tiene o no diabetes, alteraciones metabólicas, enfermedades cardiovasculares o factores de riesgo como hipertensión o colesterol elevado nos ayudarán a sentar las bases del entrenamiento más adecuado para él, algo para lo que también debemos hacer un reconocimiento médico y una prueba de esfuerzo.

Después toca pasar por el podólogo para realizar un estudio de la pisada y revisar la técnica que el paciente tiene a la hora de correr. De esta forma podemos introducir las modificaciones necesarias y, si es necesario, diseñar unas plantillas que corrijan posibles anomalías de la pisada que pudieran desembocar en lesiones futuras. Asimismo, la visita a la Unidad de Podología es necesaria para que el runner sepa cómo cuidar sus pies, qué zapatillas son las más adecuadas para él… dado que incluso una mala elección de calcetín puede acarrear problemas podológicos.

Nuestros especialistas además elaboran una tabla de ejercicios encaminada a trabajar la elasticidad y a potenciar la musculatura de la cadena posterior de las piernas y pies (fascia plantar, gemelos, isquiotibiales, bíceps femoral y glúteos). Además, no hay que descuidar el trabajo del psoas y de la cintura lumbar. Las alteraciones en estas zonas repercuten directamente en la aparición de lesiones de espalda y desgarros musculares.

Especialmente en el caso de las mujeres recomendamos tener muy en cuenta el tono del suelo pélvico, ya que en ellas esta zona sufre más por motivos hormonales, embarazos, partos… y si no se trabaja con Pilates o hipopresivos el running puede perjudicar esta estructura muscular. 

En cuanto a la edad, existe la idea generalizada de que a partir de cierta edad no es conveniente correr. Eso es cierto a medias. Precisamente la falta de asesoramiento profesional hace que muchas personas que tradicionalmente han sido sedentarias se calcen las zapatillas y se lancen a correr y acaben pagando las consecuencias en forma de lesión. 

No obstante, con las debidas cautelas y pautas podemos decir que nunca es tarde para hacer running si verdaderamente se trata de un deporte que nos gusta y nos motiva, factores que además van a asegurar que seamos constantes. En el caso de los corredores más veteranos, es recomendable vigilar su densidad ósea, así como el estado de sus cartílagos para ir introduciendo modificaciones en su manera de entrenar. Salvo excepciones, el hecho de cumplir años no implica colgar las zapatillas.

¿Y qué pasa con los niños?  


Los más pequeños de la casa tienen huesos y articulaciones mucho más resistentes para la carrera que los adultos. Asimismo, suelen ser más flexibles, lo que también les beneficia. Por este motivo, el hecho de que los niños corran no debe suponer ningún problema a priori. Es más, en iQtra solemos ver lesiones infantiles en niños que hacen un trabajo intenso de musculación. En estos casos los músculos que adquieren demasiada potencia hacen una especie de efecto de tracción que repercute negativamente en el desarrollo de los huesos y en los tendones que insertan las estructuras articulares. 

Dicho esto, si el running os atrae poneos en manos expertas y… ¡ánimo!

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