Cuando hablamos de estimulación infantil tenemos,
obligatoriamente, que pensar en el medio acuático, en la piscina. El agua suele
gustarles mucho y constituye un entorno idóneo para que hagan ejercicios y
desarrollen su psicomotricidad jugando; casi sin darse cuenta.
Además, hay que tener en cuenta que la ligereza que
proporciona el medio acuático facilita ciertos movimientos, relaja las
articulaciones, despierta el equilibrio...
Por todo ello, en iQtra hemos desarrollado un programa de
matronatación más allá de una clase convencional de natación. Nuestro interés
fundamental va más orientado al desarrollo psicomotor normal del niño y las
clases están dirigidas por fisioterapeutas especializadas en este área.
En nuestro equipo estamos convencidos de la necesidad de que
el papá o la mamá se metan con el bebé en el agua, puesto que hemos observado
que los beneficios se reparten entre ambos. Compartir un rato de juegos y
diversión transmite al peque una seguridad que luego jugará un papel
importantísimo en su desarrollo intelectual.
Por su parte, en estas clases el adulto deja de lado otras
tareas y preocupaciones y se centra únicamente en disfrutar con su hijo,
estrechando el vínculo que les une todavía más.
Cómo y cuándo
En iQtra, las clases en piscina comienzan desde los 4 meses
y en todo momento las fisioterapeutas vamos siguiendo el desarrollo psicomotor
del niño. En un primer momento, nos centramos en que el bebé vaya cogiendo tono
muscular en la espalda, sujete la cabeza, se mantenga boca abajo y en esta
postura empiece a hacer reacciones de equilibrio, primero apoyando las dos
manos y progresivamente en una sola.
Por otro lado, también a través del agua y de los materiales
que usamos, el bebé va ejercitando la musculatura de las piernas y de los
brazos; algo que le será muy necesario en las siguientes etapas del desarrollo.
Además, en medio de juego y chapoteos fomentamos que el niño aprenda el agarre
de objetos, traspase con ellos la línea media, encaje piezas…
Respetando la naturalidad
Durante los primeros meses la postura en la que trabajaremos
con los bebés en la piscina será tumbados boca arriba al comienzo y boca abajo
un poco más adelante, ya que estas son las posturas que habitualmente adoptan
los bebes de esa edad.
En torno a los seis u ocho meses, cuando ya tienen tono
muscular suficiente en la espalda y sujetan bien la cabeza, comenzamos a
trabajar con los peques en sedestación, es decir, sentados. Usaremos flotadores
y otros materiales de la piscina y también las manos de sus padres, lo que
fomentará un momento para compartir entre mamá o papá y el bebé. En esta etapa también comienza la fase de
gateo, que algunos niños pueden no tenerla (es normal), pero que constituye un
ejercicio importante de coordinación y equilibrio.
Cuando cumple un añito
A partir del año comenzamos a trabajar ya con posturas en
bipedestación (de pie) y con la preparación para la marcha. Al principio esa
marcha será poco coordinada pero a lo largo de los meses el niño irá cogiendo
confianza y propiocepción para hacer la marcha con más facilidad y más
controlada.
A través de los ejercicios en el agua vamos ayudando al niño
a que desarrolle el equilibrio para permanecer de pie y facilitamos todos los
patrones de movimiento de la marcha para que vayan siendo mejores; a la vez que
vamos aumentando la fuerza de sus piernas y de su espalda.
A los 2 años el niño
ya empieza lo que propiamente serían las habilidades para la natación. Ya es capaz
de mantenerse en el agua él sólo con pequeñas ayudas y vamos introduciendo la
patada natatoria y el movimiento de los brazos. En iQtra esta fase dura poco ya
que nuestras clases finalizan a los dos años o dos años y medio, momento en el
que el peque ya puede zambullirse en piscinas más grandes.
No obstante, ninguna fase tiene una duración determinada, ya
que cada bebé se desarrolla a su ritmo y en iQtra nuestra máxima es respetar
dicho proceso. De hecho, también tenemos en cuenta toda la evolución
intelectual a través de juegos de encajar piezas, puzzles, parejas de iguales…
Mi hijo es prematuro...
En iQtra hemos observado que las clases de psicomotricidad
en el agua resultan especialmente beneficiosas para los niños prematuros, ya
que éstos suelen necesitar una estimulación especial para alcanzar el nivel de
desarrollo psicomotor que les corresponde por su edad.
Me gustaría acabar mencionando que a partir de esta
experiencia, en iQtra también utilizamos nuestra piscina para tratar a niños
con patologías neurológicas. Después de una exhaustiva evaluación para
determinar qué afectaciones y retrasos presenta, elaboramos un programa personalizado
que se articula en 3 puntos:
- Normalización del tono muscular: en este tipo de pacientes nos encontramos normalmente con dos casos.
- Hipertonía o tono muscular alto, que conlleva una rigidez marcada de musculatura y articulaciones que impiden el movimiento. En la piscina el agua está a una temperatura caliente y nos deja relajarlos para así permitir el movimiento.
- Hipotonía o tono muscular bajo, que conlleva flacidez y debilidad muscular. En la piscina, a través del juego y con la ayuda del agua, conseguimos estimular el movimiento del niño para que haga ejercicio y fortalezca esa musculatura.
- Establecimiento de patrones normales de movimiento para ayudar al niño en su desarrollo y en sus funciones y actividades de la vida diaria.
- Reacciones de equilibrio: el agua de la piscina está continuamente en movimiento, (se va renovando constantemente) por lo que sólo el sujetarse en el agua, con a ayuda de alguno de los materiales que usamos o con ayuda del fisioterapeuta, ya supone un ejercicio muy bueno para potenciar el equilibrio. Además también hacemos ejercicios en colchonetas sobre el agua en distintas posturas.
En general, la estimulación infantil en el medio acuático es
una buena forma de ayudar al bebe, tanto sano como con alguna patología, en su
desarrollo a la vez que se habitúan al medio y aprenden a manejarse en él; algo
que también supone una gran tranquilidad para los padres.
* Almudena Martín.
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