miércoles, 9 de marzo de 2011

La Cirugía Mínimamente Invasiva sigue dándonos alegrías

De vez en cuando, y en ocasiones a raíz de algún paciente o caso concreto que me hace reflexionar, soy consciente de las innovaciones fantásticas y las mejoras en todos los campos relacionados con nuestra especialidad. Hace más de ocho años, en iQtra comenzamos a mirar con ojos curiosos la evolución de la Cirugía Mínimamente Invasiva (CMI), una manera poco agresiva de intervenir quirúrgicamente como jamás se había pensado y que se abría paso en cada vez más campos.

Eso por no hablar de las artroscopias; en las que a veces se nos hace raro hablar de incisiones porque introducimos el material quirúrgico casi con punciones, en lugar de aberturas, por pequeñas que estas sean.

Por aquel entonces viajé a Chicago para aprender a colocar las prótesis de cadera mediante esta técnica con uno de los pioneros, el Doctor Berger. Después de ésta, llegó la CMI para la rodilla y me fue desplacé a París a practicar con cadáveres en un curso que se llevó a cabo en una de las universidades de esa ciudad.

Seguí recapitulando y recordé cuando en el año 96 me marché a Estados Unidos para desentrañar las claves de la artroscopia de hombro en San Diego. Aquel viaje sí me aportó un verdadero cambio. Acababa de volver a Madrid después de seis años fuera. en el Hospital de la Zarzuela me hicieron responsable de las cirugías de hombro y aquello me resultaba muy duro.

Los hombros que se operaban con cirugía abierta evolucionaban muy lentamente, tardaban mucho en curar y no siempre los resultados eran óptimos. Teniendo en cuenta que yo estaba habituado a hacer artroscopias de rodilla con resultados francamente brillantes me encontré volviendo a unos postoperatorios engorrosos y en muchos casos bastante desagradecidos. Sin embargo, la posibilidad de la artroscopia de hombro me devolvió el ánimo. No sabéis cómo.


Adiós a las grandes incisiones

Gracias a la artroscopia y a las cirugías poco invasivas estamos resolviendo procesos que hasta hace solo seis años requerían hacer grandes heridas. Pinzamientos femoroacetabulares, caderas en resorte del psoas, caderas en resorte de la fascia lata, trocanteritis (o lo que hasta ahora se diagnosticaba como tal, aunque no lo fuera por lo difuso de las manifestaciones patológicas)... todo esto se está solucionando sin necesidad de abrir.


En estas imágenes (de uno de nuestros pacientes, que nos ha dado supermiso para subirlas) se puede apreciar cómo hemos reparado el escafoides (un pequeño hueso de la muñeca) mediante artroscopia. En lugar de realizar incisiones abiertas hemos colocado la placa para estabilizar la articulación sin necesidad de ellas.
Y la medicina sigue evolucionando, día a día, paciente a paciente, caso a caso… y en nuestra búsqueda de la menor agresión posible hemos encontrado unos grandes aliados: son las infiltraciones de ácido hialurónico y plasma rico en factores de crecimiento. Gracias a ellas hemos logrado reducir en un 40% las artroscopias por lesiones meniscales en los últimos tres años.

Y aún hay más. En nuestros quirófanos cada vez hay menos cirugías del pie gracias al trabajo que estamos realizando en nuestra Unidad de Podología. Estela, podóloga y fisioterapeuta nos ha 'convencido' para hacernos con un sofisticado equipo de diagnóstico y confección de plantillas que está resolviendo muchos casos que hasta hace poco programábamos para ser intervenidos quirúrgicamente, ya que era la única opción que teníamos para aliviar las molestias y dolores del paciente.

De hecho, Estela ha instruido a los traumatólogos, médicos deportivos y fisioterapeutas de iQtra acerca de la utilidad de unas plantillas preventivas que podrían evitar que muchas patologías, como los juanetes, aparezcan y acaben martirizando a los pacientes.

No voy a negar que a los traumatólogos nos encanta operar. En muchas ocasiones, las cirugías se convierten en auténticas obras de ingeniería, pero he de admitir también que está siendo realmente excitante vivir la transformación que ha experimentado nuestra especialidad en los últimos años (muy pocos) y dejar atrás una frase que recuerdo en boca de un cirujano clásico.

Él decía que "a grandes cirujanos, grandes incisiones". Puede que entonces fuera así. Ahora, afortunadamente ya no.

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