jueves, 9 de diciembre de 2010

Operar el síndrome del túnel carpiano. En casa como en ningún sitio

Son las cuatro de la mañana y no puedo dormir. Salto de la cama con ganas de escribir a un paciente que vi ayer. Es un deportista de élite estadounidense, campeón del mundo de su especialidad y que hemos tratado en iQtra. Primero le operamos de un problema del que ya le habían tratado e intervenido quirúrgicamente en Estados Unidos dos veces sin éxito. Ahora estamos resolviendo otra lesión más insidiosa que le tenía limitado en los últimos años. Según nos cuenta, gracias a nuestros protocolos casi ha olvidado el problema en las últimas competiciones.


¿Y por qué os hablo de este paciente? Pues porque un periodista me comentó que se estaba quejando últimamente del síndrome del túnel carpiano; algo que él mismo me había comentado que no le preocupaba desde hacía bastante meses.

La conveniencia, o no, de marcharse fuera

Pues bien, ayer mismo el paciente en cuestión se presenta en la consulta habiéndose operado en su país del síndrome del túnel carpiano con una técnica clásica que consiste en abrir la palma de la mano longitudinalmente. Esta técnica fue abandonada por nuestro equipo y por otros especialistas hace años tras comprobar que ese abordaje acarrea, con demasiada frecuencia, un dolor residual y duradero localizado en el taón de la mano (punto de apoyo en esfuerzos de empuje o carga manual).

Con anterioridad, ya le habíamos explicado que nosotros practicamos esta intervención sirviéndonos de anestesia local, que ni siquiera dormimos el brazo entero, tal y como le habían hecho a él. Nos basta practicar una incisión de apenas dos centímetros sobre el primer pliegue palmar, de manera que ni siquiera llegamos a tocar ni el talón de la mano ni siquiera la muñeca. Esto repercute en ahorrarle al paciente un posoperatorio doloroso y molesto. Además, permite que el que es deportista pueda reincoroporarse a sus entrenamientos habituales en unos pocos días.

Sin embargo, de nada sirvieron esas explicaciones a la hora de que este paciente decidiera cruzar el charco para operarse en Estados Unidos. En realidad, me atrevo a contar el caso porque no puedo dejar pasar la oportunidad de romper una lanza en favor de la traumatología española. Vaya por delante que la medicina no es una ciencia exacta y que hemos de obrar de manera humilde, pues siempre estamos expuestos a contratiempos y complicaciones. También entiendo la necesidad o preferencia de un determinado paciente por operarse en la que considere su casa o donde esté cerca de los suyos.

Sin embargo, no deja de sorprenderme, aunque trato de aceptarlo con 'deportividad' la cantidad de españoles que me piden consejo para ir a operarse fuera. Sinceramente, como ya he comentado en otras entradas, he viajado mucho y sigo haciéndolo para incrementar la formación de nuestro equipo. Aprendo, no sólo en Estados Unidos, nuevas técnicas o nuevos gestos quirúrgicos, debato con mis colegas extranjeros, aprendo de ellos... y de veras no creo que los cirujanos españoles hayamos dado muestras jamás de estar en un nivel inferior en cuanto a habilidades o conocimientos.

Ellos también aprenden de nosotros

En iQtra hemos tenido casos de ligamentos cruzados cuya evolución han sorprendido a nuestros colegas estadounideses, tal es el caso de un esquiador joven al que operamos cuatro meses antes de marcharse a un campus de esquí allí. Quedó en quinta posición solo un mes después de haber sido intervenido.

Tenemos el caso de otro estudiante que juega muy bien al baloncesto y cuya madre se lo trajo a casa, después de oír hablar de nosotros, para operarle de ligamentos cruzados. Me consta que sigue jugando al mayor nivel y que ya encabeza la clasificación de su fraternidad estadounidense; aunque tan sólo lleva dos meses operado. Eso por no hablar del baile que se marcó en una reunión con otros estudiantes.

Anécdotas aparte, y recalcando que nunca se ha de menospreciar a ningún equipo quirúrgico ni a ninguna escuela, no me queda más remedio que 'sacar pecho' porque aunque he aprendido mucho de mis viajes a Estdos Unidos, también allí han aprendido de nosotros. De hecho, ya nos han galardonado en varias ocasiones gracias a nuestra capacidad de innovar y obtener los mejores resultados quirúrgicos y terapéuticos con nuestros pacientes.

También hemos sido portada el Wall Street Journal hace años gracias a las técnicas de recuperación avanzada que aplicamos a los toreros y que luego trasladamos a los altos ejecutivos que han de reincorporarse a sus puestos en un tiempo mínimo.

Sinceramente, creo que en la actualidad no existe revista internacional en la que falte un trabajo español de investigación, a pesar de seguir disponiendo de presupuestos limitados, de gozar de pocos incentivos para llevar a cabo esta actividad y pese a los obstáculos que se le siguen poniendo a la ciencia en nuestro país. Estoy convencido que nuestro arte e ingenio suplen estas carencias.

En definitiva y para que esto no parezca un rollo interminable o una queja lastimera, me gustaría incidir en que en España existen muchos cirujanos brillantes, habilidosos y fiables. Así que en este área, como en otras muchas, como en casa en ningún sitio.

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