viernes, 9 de marzo de 2012

Artrosis de las costureras o dedo de Blackberry. Males de las nuevas tecnologías

Hola a todos de nuevo.

Tal y como os prometí, vamos a seguir hablando de los perjuicios que tienen las nuevas tecnologías para nuestro sistema musculoesquelético. En la ocasión anterior hicimos referencia a los perjuicios que ocasionaba la postura forzada a la hora de coger el ratón, agrupados bajo el nombre de  síndrome del túnel carpiano, un mal tradicionalmente asociado a las mujeres que entran en la menopausia y que no se presentaba con demasiada frecuencia, al menos hasta ahora.

Pues bien, ahora nos toca sacar a la palestra la rebautizada artrosis de las costureras, un trastorno que estábamos dejando de ver en las consultas porque, como su propio nombre indica, se relacionaba con el oficio de coser y bordar a mano (y oficios similares) y que vuelve a estar de actualidad por algo mucho menos tradicional: el uso reiterado del teclado de los teléfonos móviles.

La llegada al mercado de los teléfonos móviles inteligentes o 'smartphones' nos ha aportado la ventaja que desde este pequeños terminal podemos no sólo escribir mensajes de texto, sino recordatorios en nuestra agenda, alarmas para un hecho concreto e, incluso, correos electrónicos bastante extensos que no hacen sino poner nuestros pulgares a prueba.

Normalmente, y aunque estos teclados completos (qwerty) son mucho más cómodos que los antiguos en los que varias letras se agolpan en una sola tecla, lo que resulta innegable es que nos obligan a sostener el aparato con el resto de los dedos mientras los que se mueven como locos buscando las teclas son únicamente los pulgares. 

Este gesto repetitivo de cambio de posición provoca un 'sobreúso' de la articulación de la base del pulgar, la trapeciometacarpiana, que es la que nos permitió hace miles de años pasar a la categoría de Homo habilis gracias a poder hacer el movimiento de pinza de presión con nuestras manos.

La sobrecarga de esta articulación acaba provocando un dolor en la base del primer metacarpiano que incluso puede llegar a invalidarnos a la hora de hacer gestos tan cotidianos como abrir un bote de conservas o, si va a más, a impedirnos coger un vaso de agua o cualquier objeto liviano.

Artrosis prematura

La progresión de este proceso conduce a una artrosis (envejecimiento prematuro y desgaste articular), que en términos médicos llamamos rizartrosis y que es lo que en los textos clásicos de medicina conocemos como artrosis de las costureras.

Como 'los tiempos adelantan que es una barbaridad' nuestros adolescentes comienzan ya a sufrir esta dolencia, aunque no se debe a coger una aguja y un dedal, sino a estar pegados a su móvil día y noche. No en vano, hace muy pocos años que se acuño un nuevo término para una dolencia antigua y ahora se habla del 'síndrome del pulgar de la Blackberry', algo que sin duda resultará mucho más familiar a los más jóvenes.

En todo caso, es necesario advertir a los que usan estos dispositivos con asiduidad y notan molestias en la base de sus dedos que han de tomar precauciones porque estas lesiones pueden acabar precisando del paso por quirófano para su solución.

¿Y cuáles son esas precauciones? Pues básicamente se trata de modificar la manera de usar el 'smartphone' apoyándolo en la superficie de una mesa siempre que sea posible para usar otros dedos a la hora de teclear y no sobrecargar los pulgares.

No es una tarea fácil, pero vuestras manos os lo van a agradecer.

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