Luis García, coordinador Fisioterapia iQtra |
Hola a todos.
Hoy hemos reservado este espacio para hablaros de una
tecnología innovadora que ha revolucionado la fisioterapia moderna y que hemos
incorporado a iQtra hace muy poquito. Se trata de un estimulador
electromagnético de la microcirculación, uno de los equipos de radiofrecuencia y diatermia profunda más potentes
y sofisticados del mercado.
Igual que ocurre con otros procedimientos que empleamos en
nuestro centro, este dipositivo fue desarrollado y testado en el deporte
profesional y posteriormente los especialistas hemos trasladado la metodología
a la población general para que todos nuestros pacientes puedan beneficiarse de
la rapidez, exactitud, precisión y seguridad que este ingenio nos ofrece en
términos de resultados y recuperación de lesiones.
Quizá la mayor ventaja que este estimulador ofrece a los
fisioterapeutas es la capacidad de reforzar los efectos de las terapias
manuales, piedra angular de nuestros procedimientos. Y es que, al contrario de
lo que sucede en las sesiones convencionales de electroterapia, en las que el
terapeuta no interviene, en esta tecnología el profesional encuentra una perfecta
proyección de sus manos, ya que los electrodos del equipo le permiten
desarrollar todo el potencial de sus estrategias y maniobras.
En qué consiste
El principio en que se basa esta terapia es el calor
endógeno producido con corrientes de frecuencia media, aplicadas a través de
electrodos a la parte del cuerpo donde se desea producir la acción terapéutica.
El aparato consta de dos tipos de electrodos, uno capacitivo
y otro resistivo y una placa conductora de retorno para cerrar el circuito del
paso de la corriente. Los electrodos capacitivos se utilizan para el
tratamiento de los tejidos blandos (muscular, adiposo, vascular y linfático). Por
su parte, los resistivos actúan selectivamente sobre tejidos fibroconectivos y
óseos (las articulaciones, tendones, zonas fibróticas, cicatrices…).
Cada electrodo, tiene un mango ergonómico que se ajusta
perfectamente a la mano del terapeuta. Así se consigue que ambos elementos se
fundan para lograr la proyección de las manos del profesional que os mencionaba
anteriormente.
Cuando el fisioterapeuta trabaja con este instrumental
incrementa la temperatura de la zona que quiere tratar, lo que repercute en un
aumento del volumen de sangre en ese nivel. Este fenómeno aumenta el suministro
de oxígeno y nutrientes a los tejidos y estimula el sistema linfático
facilitando el drenaje de los líquidos existentes entre las paredes capilares y
las membranas celulares. Dicho de otro modo, reduce la inflamación y el dolor
al tiempo que optimiza y acelera el proceso de reparación de los tejidos
dañados.
En qué se diferencia
de otras terapias con calor
Los tratamientos con calor se conocen y se usan en nuestra
especialidad desde hace mucho tiempo para tratar dolores articulares y
musculares. Sin embargo, en las técnicas tradicionales (infrarrojos,
ultrasonido…) la aplicación de calor se hace desde el exterior, lo que resulta
en una pérdida de temperatura muy rápida cuando se propaga por el cuerpo.
En cambio, en este caso se produce calor endógeno en el
interior del cuerpo cuando pasa la corriente por los tejidos, lo que permite
que su distribución sea más homogénea, constante y profunda. Esto, unido al
protagonismo del terapeuta a la hora de dirigir el tratamiento, hace que sea no
solo más preciso, sino también más eficaz.
¿Este procedimiento
es doloroso?
Cualquier tratamiento, máxime si se acompaña de
aparatología, despierta siempre la misma pregunta en los pacientes ¿me va a
doler? La respuesta es no. Muy al
contrario, los pacientes nos dicen que notan una gran sensación de bienestar,
dado que el calor además tiene un claro efecto sedante. Trabajamos con más o
menos calor dependiendo del efecto que queramos conseguir y del problema que
estemos tratando.
Para qué podemos
aplicarlo
- Terapia general del dolor agudo o crónico
- Inflamación y edema posteriores a lesiones y cirugías
- Edemas extensos y persistentes
- Drenaje
- Lesiones musculares en fase aguda
- Contracturas musculares de difícil resolución o de larga evolución
- Déficit circulatorio
- Problemas de síndrome de compresión
- Procesos inflamatorios crónicos
- Cicatrización muscular
- Rigidez articular
- Capsulitis
- Adherencias y calcificaciones
- Tendinosis
- Esguinces
- Fibrosis de tejidos y/o queloides
¿Solo o acompañado?
Como cualquier otra herramienta de trabajo y dado que se
trata de un soporte a nuestra terapia, un tratamiento puede demandar, además de
la aplicación del mismo, otros
instrumentos o técnicas manuales para obtener reacciones y beneficios
complementarios que nos puedan ser útiles para resolver la patología.
¿Y qué hay de las
contraindicaciones?
Por regla general, se trata de una terapia bastante segura y
exenta de complicaciones. Aún así, como la mayoría de los procedimientos
terapéuticos tiene sus restricciones. De esta forma, no se puede usarse en
embarazadas, en pacientes con marcapasos, en personas en las que haya un cuadro
infeccioso activo y tampoco debe aplicarse directamente sobre heridas abiertas.
*Luis García, coordinador Fisioterapia en iQtra.
- Profesor adjunto en Escuela de Osteopatía de Madrid.
- Experto en fisioterapia deportiva y Mulligan Concept, síndrome de dolor miofascial, vendaje funcional, kinesiotaping y ecografía musculoesquelética para fisioterapeutas.
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