Hola de nuevo.
Creo que después de tantas entradas dedicadas al mundo del motociclismo sobra decir que soy un apasionado de las dos ruedas. De hecho, me desplazo habitualmente en moto porque me resulta mucho más práctico que hacerlo en coche.
Hace unos años, el cambio de legislación permitió que los usuarios con carné de conducir de tipo B, el que hay que obtener para llevar un coche, pudieran también subirse a una moto siempre y cuando la cilindrada de ésta no superase los 125 cc y la antigüedad de su permiso fuera de al menos 3 años. Esta circunstancia hizo que el número de motocicletas se multiplicase exponencialmente en los entornos urbanos. En consecuencia, la siniestralidad también ha crecido.
Según los cálculos de la DGT, en 2001 el número de accidentes de moto suponía el 10% del total de siniestros, mientras que en 2010 esta cifra había aumentado hasta el 21%. Todo esto hace que un motorista tenga una probabilidad 17 veces mayor que un conductor de coche de perder la vida en un accidente.
Toda precaución es poca
No voy a entrar a valorar si además de tener el carné de tipo B, los conductores de coches deberían dar algunas clases para familiarizarse con el manejo de una moto, independientemente de que solamente vayan a recurrir a ella en la ciudad.
En esta entrada quiero llamar la atención sobre un fenómeno que observo cada vez que llega el calor y que ahora es más evidente por ese incremento de usuarios de motocicleta del que os hablo. Se trata de la ropa, concretamente de la poca ropa, que emplean la mayoría de los motoristas para ir por la ciudad cuando llega el buen tiempo.
Chanclas, sandalias, mangas cortas, prendas de tirantes, bermudas, pantalones y faldas... la vestimenta típicamente veraniega no es la mejor aliada del mundo a la hora de subirse en una motocicleta y desgraciadamente, en iQtra atendemos a muchos pacientes cuyas lesiones podían haber sido más leves en caso de haber ido más protegidos sobre dos ruedas.
Las caídas en moto, aunque se produzca a poca velocidad y en un entorno urbano, suelen acarrear que el piloto se arrastre por el asfalto; una superficie tremendamente abrasiva que provoca quemaduras por el rozamiento y lesiones musculotendinosas bastante severas (por la pérdida de masa y tejido) y deja unas cicatrices muy difíciles de eliminar.
Por otro lado, estas terribles heridas y quemaduras normalmente tardan más en curar que las convencionales porque cuando el piloto se arrastra por el asfalto, las partículas que hay depositadas en él, polvo, grasa y otros materiales presentes en el suelo (la propia ropa también) penetran profundamente en los tejidos blandos. La retirada de estos fragmentos es extremadamente complicada, pero además hay que tener en cuenta el riesgo de que causen infecciones que pueden variar de un grado leve a muy severo.
Por otro lado, estas terribles heridas y quemaduras normalmente tardan más en curar que las convencionales porque cuando el piloto se arrastra por el asfalto, las partículas que hay depositadas en él, polvo, grasa y otros materiales presentes en el suelo (la propia ropa también) penetran profundamente en los tejidos blandos. La retirada de estos fragmentos es extremadamente complicada, pero además hay que tener en cuenta el riesgo de que causen infecciones que pueden variar de un grado leve a muy severo.
Vestirse para ir en moto
De esta manera, las mangas de las prendas han de ser siempre largas y las perneras de los pantalones también. Las mujeres deberían renunciar el uso de la falda cuando van en moto.
También me gustaría hacer una mención especial a los guantes. No se debe prescindir de ellos ni siquiera cuando más aprieta el calor, ya que el rozamiento contra el suelo suele llevarse por delante nervios y tendones cuya reparación es extraordinariamente complicada. Los guantes han de cubrir tanto la palma como el dorso de la mano; si llevan refuerzos de Kevlar mucho mejor.
Esto mismo es aplicable a los pies, que deben ir protegidos siempre con zapato cerrado y protección en el tobillo. En esta zona también hay nervios y tendones protegidos únicamente por una fina capa de piel que desaparece con extraordinaria facilidad en una caída.
Esto mismo es aplicable a los pies, que deben ir protegidos siempre con zapato cerrado y protección en el tobillo. En esta zona también hay nervios y tendones protegidos únicamente por una fina capa de piel que desaparece con extraordinaria facilidad en una caída.
Hace días escuchaba una cuña en la radio en la que se decía que había que ir vestidos pensando en una caída, y creo que tienen razón porque a pesar de parecer un mensaje pesimista evitaría muchos problemas.
Naturalmente, no puedo dejar de insistir una vez más en la obligatoriedad, no sólo por ley, sino por sentido común, del casco, preferiblemente integral. Recordad que la careta del casco ha de estar siempre limpia y que hay que llevarla bajada para evitar la entrada de insectos y otros 'proyectiles' mientras conducimos.
Sé que el calor hace irresistible la tentación de levantar la visera, pero es preferible hacerlo cuando lleguemos a un semáforo y volvamos a bajar la cuando reanudemos la marcha.
Finalmente, tened en cuenta que los bolsos y las mochilas han de llevarse sujetos entre las piernas o en el maletín de la moto si lo tienes. Nunca te las cuelgues en bandolera porque en caso de accidente puedes sufrir graves lesiones nerviosas en el plexo braquial.
Sé que el calor es asfixiante, y estos días atrás hemos tenido una buena ración del mismo, pero creo que es importante recordar este tipo de mensajes para que, como bien dice la Dirección General de Tráfico, podamos disfrutar de la moto sin dejar de disfrutar de la vida.
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