lunes, 20 de febrero de 2017

Lesiones de hombro, por qué son tan difíciles de tratar

Hola a todos. 

El otro día comentábamos la gran acogida que tiene nuestro vídeo acerca del tratamiento ambulatorio que hacemos en iQtra para la tendinitis calcificada de hombro. Cada vez que lo lanzamos en nuestras redes sociales, observamos una gran acogida, dado que antes el quirófano era la única solución para un problema que ahora solemos solventar con anestesia local y guiándonos con un ecógrafo en la propia consulta. 

A raíz de esta charla nos dimos cuenta de que el hombro a veces es el gran olvidado del sistema locomotor, a pesar de que se trata de una articulación problemática cuyos daños cuesta bastante tratar. El año pasado, el blog de Mens’ Health me pedía un artículo para explicar, precisamente, por qué cuesta tanto recuperarse de una lesión de hombro.

 Pues bien, la dificultad reside, básicamente, en que la articulación del hombro es la más inestable del esqueleto humano, ya que no hay sujeción entre la escápula (omóplato) y la cabeza del húmero. Es decir, el hombro carece de la función de engranaje o bisagra entre huesos que confiere solidez a otras articulaciones del sistema locomotor. En esta zona, la estabilidad depende en un 95% de tejidos blandos como ligamentos, músculos y tendones. Asimismo, la dinámica del hombro depende no solo de la movilidad entre la escápula y el húmero, sino del deslizamiento de la escápula sobre el tórax. En definitiva, el hombro es más inestable porque tiene elementos menos sólidos de sujeción y al tiempo desempeña una mayor variedad de movimiento.

Esta falta de estabilidad o sujeción ósea hace que el hombro sea más susceptible de lesionarse ente traumatismos, torsiones e, incluso, sobreesfuerzos. Por ello, trabajar el tono muscular y la coordinación de estas estructuras blandas que rodean esta articulación resultan esenciales en su biomecánica, dado que se encargan de imprimir fuerza en los movimientos articulares y de mantener el contacto y la congruencia funcional de los huesos que la componen.

De hecho, es bastante frecuente que las personas que no tengan esta musculatura circundante bien tonificada o hayan adquirido vicios de coordinación que afecten al hombro se lesionen cuando comienzan una nueva actividad física. En iQtra recibimos muchos pacientes que sufren tendinitis de hombro después de haberse decantado por la natación como método para ponerse en forma. Algo parecido ocurre con los que prefieren los deportes de raqueta. El estrés repetitivo al que sometemos a nuestros hombros cuando nadamos a crowl o lanzamos la bola con la raqueta daña con facilidad los tejidos blandos que no están suficientemente trabajados. 

Para prevenir este tipo de daños solemos recomendar a nuestros pacientes los denominados ejercicios de recentraje de cabeza de húmero, encaminados a que esta sección ósea ruede junto a la cara articular que le ofrece la escápula de un modo preciso y estable. 

Cuando ya hay lesión
La vulnerabilidad del hombro es aún mayor cuando esta articulación ya se ha lesionado anteriormente. Todos los daños articulares conllevan una atrofia muscular e incluso descoordinaciones (disquinesia muscular) que dificultan la recuperación completa. En estos casos, la labor de supervisión del fisioterapeuta especializado es fundamental para que la rehabilitación siga el curso correcto y concluya felizmente. 

De hecho, es en la articulación del hombro en la que quizá los fisioterapeutas de iQtra se muestran más cautelosos a la hora de que el paciente se reincorpore a su vida cotidiana. El motivo es que si tratamos de acelerar demasiado este proceso saltándonos algún paso de la recuperación, corremos un serio riesgo de dar un paso atrás o provocar la recaída.

Para concluir, me gustaría destacar lo importante que es realizar ejercicios de tonificación del manguito rotador (los que recentran y estabilizan la articulación del hombro) y que un especialista deportivo vigile y analice, especialmente en los usuarios que practican natación y deportes de raqueta o lanzamiento, la coordinación del deslizamiento de la escápula y el movimiento de ésta con respecto al húmero. El motivo no es otro que poder corregir vicios funcionales que a su vez originen lesiones de hombro que, como hemos visto, luego son complicadas de tratar.

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