viernes, 28 de julio de 2017

Mantenimiento en el agua para adultos mayores, prioridad iQtra

Hola de nuevo.

Antes de marcharnos de vacaciones vamos a hablaros de otro de los usos que le damos en iQtra a nuestra piscina. Si la semana pasada os hablábamos de las ventajas de que los bebés se familiaricen cuanto antes con el medio acuático, hoy toca que hacerlo de los beneficios que tiene el mismo para el mantenimiento físico de adultos mayores, un tema que también tratamos en el Foro del Agua organizado por el diario ABC en el que participamos recientemente.
Y es que el trabajo en el agua permite romper con más facilidad el círculo vicioso en el que entran muchas personas a medida que cumplen años: van dejando de hacer actividad física, se van deteriorando, su estado de ánimo empeora y progresivamente tienen menos ganas y capacidad para retomar un estilo de vida activo.

Esta espiral de sedentarismo e inactividad tiene consecuencias muy negativas para la salud de nuestros mayores, ya que acelera la sarcopenia (pérdida de masa muscular) y la osteoporosis (disminución de la densidad ósea), además de perjudicar el equilibrio y la coordinación. Estas a su vez son causas directas de un mayor riesgo de caídas y fracturas.

La evidencia epidemiológica refleja que las caídas representan un importante problema de salud para las personas mayores no solo por las consecuencias inmediatas (fracturas y traumatismos craneoencefálicos, fundamentalmente), sino también por las secuelas a medio y largo plazo. Se calcula que entre el 80% y el 90% de las prótesis de cadera en este colectivo son secundarias a una caída y que buena parte de la pérdida de movilidad en este segmento de la población se debe a haberse caído con anterioridad.

Por otro lado, hay que tener presentes los enormes costes que este conjunto de circunstancias representa para el al sistema sanitario y el deterioro general de la calidad de vida que experimentan los ancianos después de sufrir una caída. Seguro que todos conocemos casos de personas mayores que, atenazadas por el miedo a caerse de nuevo, van restringiendo sus actividades (ejercicio, ocio, salidas...), lo que merma drásticamente su vitalidad. Es más, muchas veces observamos dicho temor incluso sin haber experimentado ningún incidente; solo por el mero hecho de verse menos ágiles.

Por qué es bueno trabajar en el aguaEl medio acuático es idóneo para realizar trabajo físico con menor esfuerzo. La flotabilidad palia la merma física que pueden sufrir los adultos mayores y permite que éstos mejoren su coordinación y equilibrio, ya que para hacer los ejercicios es necesario que pongan en marcha mecanismos estabilizadores y de resistencia para mantenerse a flote, nadar (si es necesario) y mantener la verticalidad.

La sensación de ingravidez que confiere el agua repercute directamente en un incremento de la seguridad de las personas mayores, que pierden el miedo a caerse, ganan agilidad y poco a poco son capaces de "arriesgarse e ir a más" sin temor a acometer tablas más complejas y exigentes dirigidas a mejorar en lo referente a coordinación, equilibrio, reflejos y resistencia.

Por otro lado, el agua de la piscina transfiere el calor 25 veces más rápido que el aire. ¿Y qué implica esto? pues que podemos trabajar a temperatura agradablemente neutra (establecida en torno a los 34,5 grados) subirla hasta lograr un medio más cálido que ejerza un efecto relajante y anestésico o bajarla para que el agua fría actúe como activadora, antiinflamatoria, compresiva o drenante.

Además del equilibrio y la coordinación, en el agua también se puede trabajar la resistencia y potencia muscular aprovechando el fenómeno de succión que se opone al movimiento dentro del agua. Si ejecutamos las tablas de ejercicios diseñadas por nuestros fisioterapeutas con la rapidez suficiente haremos un gran trabajo de fortalecimiento muscular.

Frecuencia y duración de las sesionesSegún los datos que revisamos para diseñar las clases de mantenimiento, parece haber un consenso generalizado en este sentido. De esta forma, se estima que dos sesiones semanales de al menos 45 minutos son recomendables para extraer beneficios visibles en diferentes áreas:
  • Agilidad y potencia muscular
  • Elasticidad y movilidad articular
  • Habilidades relacionadas con la orientación
  • Desarrollo del movimiento
  • Mejoras posturales y sensoriales
  • Eficiencia de la marcha
  • Trabajo de las capacidades cognitivas, comunicativas y de comportamiento
  • Aumento de la capacidad cardiorrespiratoria y de esfuerzo
Finalmente me gustaría señalar que además de los beneficios para la salud física, el medio acuático ofrece otras ventajas emocionales para nuestros mayores. La piscina es un medio divertido, las clases son amenas y fáciles de seguir, no rige ningún tipo de competitividad y se llevan a cabo en grupo.
Todo ello mejora el estado de ánimo de los usuarios, favorece sus relaciones sociales y aumenta su autoestima y confianza, elementos básicos para que estén motivados y dispuestos a hacer la actividad de manera continuada.

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