miércoles, 24 de septiembre de 2014

Propiocepción; necesaria y útil también para la gente mayor

FreeDigitalPhotos.net
Hola a todos.

Repasando los temas que hemos tratado en este blog, nos dimos cuenta de que las veces que hemos hablado de propiocepción siempre lo hemos hecho con relación al entrenamiento, al ejercicio físico y a la recuperación de lesiones y cirugías.

Nos pareció que quizá habíamos transmitido la idea de que se trataba de un conjunto de procedimientos indicados para usuarios deportistas que necesitaban optimizar su manera de entrenar o bien llevar a cabo una recuperación específica para volver a estar al máximo nivel tras una lesión.

Pues bien, nada más lejos de la realidad. La propiocepción es adecuada para todo tipo de personas y en iQtra estamos potenciándola entre nuestros pacientes mayores para mejorar su equilibrio, una cualidad esencial a la hora de prevenir caídas, traumatismos y accidentes de diversa índole. 

El equilibrio es una capacidad necesaria para realizar las actividades de la vida diaria. La vejez produce cambios que inciden negativamente sobre esta cualidad, aumenta los tiempos de reacción ante cualquier obstáculo, provoca un descenso de la sensibilidad propioceptiva, y táctil, pérdida de esquema corporal, pérdida de la motricidad fina, hace que los movimientos sean más imprecisos… y todo ello aumenta las posibilidades de sufrir caídas.

Aparte de la pérdida de equilibrio otros cambios que influyen en el  riesgo de padecer caídas son la disminución de rango de movimiento articular, la pérdida de fuerza muscular, cambios en nuestra actitud postural, déficits sensoriales (pérdida de visión) etc….

Entre un 13% y un 25% de las personas mayores de 65 años y entre un 31% y un 35% de los mayores de 85 sufren una caída. Entre un 5% y un 10% de estos accidentes puede provocar lesiones graves.

Para evitar o al menos aminorar esta pérdida de capacidades y así disminuir el riesgo de caídas podemos trabajar a varios niveles, uno de los más importantes es el trabajo para la mejora del equilibrio mediante ejercicios propioceptivos.

Qué es la propiocepción

Es el sentido interoceptivo que informa al organismo de la posición relativa de partes corporales contiguas. Dicho de manera más sencilla, es la capacidad de saber o tener conciencia de en qué posición nos encontramos sin necesidad de usar la vista.

El sentido de la propiocepción es el que permite el control del equilibrio y la coordinación; gracias a él reaccionamos automáticamente ante obstáculos regulando de manera subconsciente la dirección y el rango de movimiento. También participa en el desarrollo de nuestro esquema corporal y la relación con el entorno.

Cómo trabaja el sistema propioceptivo

Este sistema se vale de los propioreceptores (receptores nerviosos) que están en nuestro aparato locomotor. Estos receptores mandan una señal a la médula y al cerebro informando  del grado de tensión y estiramiento muscular. Esta información es procesada y enviada de nuevo al músculo para que éste realice los ajustes en la tensión y el estiramiento muscular (y así llevar a cabo el movimiento deseado). Todo este rápido  proceso se realiza de forma subconsciente.

Ejercicio propioceptivo

El objetivo del trabajo propiceptivo en la tercera edad es mejorar la estabilidad de las articulaciones, de la capacidad de reacción, del esquema corporal y del equilibrio en general.

Se trata de ejercicios sencillos en los que se somete  la persona a dificultades que irán en progresión. Se practicarán ejercicios y distintos tipos de marcha en los cuales pasaremos:

  • de realizarlos frente a un espejo a realizarlos con los ojos cerrados.
  • de comenzar trabajando con una base de sustentación amplia a ir disminuyéndola hasta llegar al apoyo monopodal.
  • de empezar a realizarlos en terreno llano para finalmente llegar a realizarlos en superficies y planos inestables (pie sobre pelota o balón de espuma, colchonetas de diferentes grosores, tableros y platos basculantes, cojines de aire, ... 

Para realizar estos ejercicios podemos hacer uso de balones de espuma, pelotas de fitball, colchonetas de distintos grosores, cojines de aire, tableros basculantes, etc…para ir incrementando la dificultad.

Este tipo de trabajo tiene que ser personalizado y guiado por el fisioterapeuta teniendo en cuenta siempre las capacidades de cada persona.

*María Montalvo
Fisioterapeuta en iQtra Medicina Avanzada


No hay comentarios:

Publicar un comentario