martes, 15 de enero de 2013

Aprendizaje y recuerdos sobre la cirugía del pie

Acabo de llegar de Barcelona, donde he asistido a un curso clásico de cirugía del pie que ya conocí a principios de los noventa cuando curse la especialidad en la ciudad condal.

El motivo de mi vuelta al curso ha sido porque desde que operamos el tobillo tan malogrado de Fonsi Nieto después del accidente acaecido en Indianápolis, en Estados Unidos, hemos tenido que solucionar los diversos problemas de muchos tobillos y pies procedentes de pacientes de toda España. La mayoría de ellos han acudido a nosotros pidiendo ayuda para remediar lesiones antiguas o secuelas de traumatismos pasados.


Atendiendo a todos los pacientes que han acudido a IQtra tras conocer las noticias del tratamiento que le aplicamos a nuestro piloto, quien además es amigo, hemos descubierto que nuevos accidentes, independientemente de su naturaleza (automóviles, motocicletas, deportes, actividades profesionales de riesgo…) dejan secuelas en la mayoría de los pacientes.

Mi experiencia en este añonto ha sido muy positiva pues hemos tenido que ‘ponernos las pilas’ y revisar publicaciones, bibliografía y los últimos estudios acerca de las técnicas quirúrgicas y de recuperación relativas al tobillo y al pie.

A todo ello le hemos tenido que unir algunas dosis de improvisación, audacia y lógica quirúrgica que aprendí del que siempre digo que es mi maestro; el doctor José María Vilarrubias.

Y es que en los años en los que me formaba junto a él también tuve la oportunidad de ver cómo trataba casos difíciles. Gracias a su imaginación y a su indiscutible arte era capaz de resolver muchas patologías sobre las que apenas encontrábamos nada en las publicaciones médicas más punteras.

Es curioso que este curso me haya supuesto una revelación y un recuerdo quirúrgico de aquellos años en los que yo era un médico muy joven que había llegado a Barcelona para trabajar desde las ocho de la mañana a las once de la noche pegado a aquel genio que escribió una página de oro en lo referente a lo no escrito en el arte quirúrgico.

He recogido información muy interesante en estos días que os iré desgranando en entradas sucesivas. No me gustaría despedirme por hoy sin felicitar una vez más a los cirujanos españoles; que son capaces de organizar foros médicos tan didácticos y con un nivel de discusión científica tan elevado como en el mejor de los cursos a los que también acudo en el extranjero.

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